Redacción. En un emotivo y singular acto, un privado de libertad contrajo matrimonio con su novia de nacionalidad guatemalteca, demostrando que ni las rejas ni la distancia son obstáculos para el amor verdadero.
La ceremonia se llevó a cabo dentro del Centro Penitenciario Nacional de Támara, en estricto cumplimiento de los derechos fundamentales de las personas privadas de libertad, quienes conservan el derecho a la unión matrimonial, bajo el marco legal vigente.
En un video compartido en las cuentas oficiales del Instituto Nacional Penitenciario (INP), se muestra al novio, claramente nervioso, esperando a su prometida, quien cumplió con todo el proceso de control y registro para ingresar al centro penitenciario. La emoción de la pareja y de los presentes fue evidente, a pesar de las dificultades del entorno.
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Felicidad
El ambiente fue profundamente emotivo. Testigos, familiares y representantes del centro acompañaron a la pareja en esta celebración, que estuvo marcada por el respeto y la alegría. La novia, entre lágrimas de felicidad, se mostró plenamente exaltada junto a su ahora esposo, reafirmando su deseo de apoyarlo y construir juntos un nuevo capítulo en su vida.
La decoración del evento no pasó desapercibida. Un grupo de internos, amigos del novio, se encargó de embellecer el lugar, elaborando con mucho esfuerzo y dedicación cada detalle. Su trabajo logró que el momento quedara grabado en la memoria de todos los presentes.
Como muestra de transparencia y para compartir este inspirador momento, el INP difundió el video de la ceremonia, recibiendo numerosas reacciones positivas por parte de la ciudadanía.
Este matrimonio no solo simboliza la unión de dos personas, sino también la fuerza del amor frente a la adversidad. Un recordatorio de que, incluso en los entornos más inesperados, el amor puede florecer con esperanza y dignidad.
