Redacción. La tranquilidad del centro de detención Delaney Hall en Nueva Jersey se vio abruptamente interrumpida el pasado 12 de junio de 2025, cuando se confirmó la fuga de cuatro migrantes.
Entre ellos destacó un nombre de inmediato: Joel Enrique Sandoval López, un hondureño con residencia en Estados Unidos desde 2019. La fuga activó una operación masiva e inmediata de búsqueda, en la que participó el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Sandoval López no es un recluso común y su historial previo a la detención es significativo. En octubre de 2024, la Policía de Passaic lo arrestó por tenencia ilícita de un arma. Sólo cuatro meses después, en febrero de 2025, la misma dependencia policial lo detuvo nuevamente, esta vez bajo cargos de agresión agravada.
Estos graves antecedentes pesaban sobre su condición en Delaney Hall, centro encargado de albergar a personas en proceso de deportación.
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Localización
La intensa persecución de Sandoval culminó con éxito el sábado 14 de junio de 2025, dos días después de que escapara. Agentes de ICE, el FBI y la policía local lograron ubicarlo y detenerlo en la ciudad de Passaic, al norte de Nueva Jersey, sin que se reportaran incidentes mayores.
La recaptura representa el primer avance en el operativo para localizar a los cuatro fugitivos, cuya huida generó gran preocupación entre las autoridades y las comunidades cercanas al centro.
Mientras tanto, continúa la labor para localizar a los otros tres individuos que permanecen en libertad. Se trata de Franklin Norberto Bautista Reyes, también hondureño, y dos colombianos: Joan Sebastian Castañeda Lozada y Andrés Pineda Mogollón.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) clasificó a los cuatro fugitivos como «amenazas para la seguridad pública» y ofreció una recompensa de 10,000 dólares por información que conduzca a su captura.
Tensiones
Delaney Hall, que ya había sido noticia en mayo por protestas de internos, vuelve a captar la atención pública. La esposa de uno de los detenidos contó a NBC New York que, tras recibir una llamada de emergencia de su cónyuge, acudió al centro y se enteró del confinamiento del módulo donde él se encuentra.
Ella denunció presuntas condiciones inhumanas y manifestó su preocupación por la seguridad de los internos. En contraste, un vocero del Grupo GEO afirmó que «la seguridad del centro y de nuestros vecinos es la máxima prioridad» y negó la existencia de disturbios durante el incidente de la fuga.