Redacción. La reciente afirmación del jefe de las Fuerzas Armadas de Honduras (FF.AA.) de que el país carece de radares operativos ha desatado una controversia sobre la inversión de 700 millones de lempiras destinada a la adquisición de estos equipos en 2014, financiados con la Tasa de Seguridad.
El analista Luis León comentó al medio de comunicación TN5 que un informe internacional no logró conocer la ubicación de dichos radares. Esto genera serias dudas sobre su funcionamiento.
«En aquel momento se argumentó que era por temas de seguridad y que no se podía mostrar la ubicación de los radares. Sin embargo, son radares que se adquirieron y la narrativa actual es decir: ‘No tenemos radares'», aseguró León. Esta contradicción lleva a cuestionar la forma en que se ha garantizado la seguridad y soberanía del país.
El experto enfatizó que es responsabilidad de las Fuerzas Armadas explicar qué ocurrió con esta inversión. «Decir no tenemos el equipo cuando el pueblo hondureño ha invertido en este tipo de herramientas es justificar, de alguna manera, el porqué en Honduras existe un gran tráfico de drogas que proviene desde el sur», aseveró.

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León destacó la seriedad de Estados Unidos como país, sugiriendo que es probable que tengan las pruebas necesarias para sostener las acusaciones de la fiscal general, Pam Bondi. Además, reprochó que las FF.AA. hayan revelado la inoperatividad de los radares a raíz de los comentarios de la funcionaria estadounidense.
Tipos de radares
Por su parte, Pavel Espinal, experto en aviación, explicó al noticiero TN5 la existencia de dos tipos de radares: primarios y secundarios.
El radar primario es un artefacto común que gira en un punto y mide distancias y coordenadas, pero no puede identificar el tipo de aeronave ni su destino. En contraste, los artefactos secundarios sí pueden obtener toda esta información.
«En lo que yo tenía conocimiento, teníamos aquí en el cerro La Mole, hacia el sur del país, en el cual teníamos un radar primario. Ignoro si el mismo sigue funcionando o no. Pero, también en el Decimoquinto Batallón ubicado en Trujillo teníamos otro radar primario», explicó Espinal, añadiendo que este último era utilizado por personal estadounidense y desconoce si está operando. De igual manera, el experto comentó que el Aeropuerto Internacional de Palmerola debería contar con uno primario.

Espinal aseguró que los radares adquiridos en 2014 eran móviles, pero lamentó: «Lastimosamente no sé quién los adquirió o qué fue lo que vio. Pero, eran radares para uso en el desierto, no para la topografía que tiene el Estado de Honduras». Señaló que las aeronaves con fines ilícitos ingresan al país a baja altura, dificultando su detección.
Espinal reveló que Honduras debería poseer una tecnología de detección superior, ya que en la región centroamericana, solo Belice cuenta con un radar de detección efectivo.
Características
Fernando González, abogado y experto en materia de seguridad, advirtió que los radares obtenidos mediante la Tasa de Seguridad no contaban con las características técnicas necesarias para la geografía hondureña.

«Debido a la topografía nacional, se vuelve imposible hacer las coberturas. Lo que se necesita en este caso es un apoyo más grande, más enérgico para lo que es la defensa, y así contribuir en ella», aseguró. González explicó que el Ministerio Público (MP) tiene la obligación de indagar si el precio pagado por estos radares con la Tasa de Seguridad fue un precio justo, dada su ineficacia.