Redacción. Como un héroe es recordado por la Policía Nacional el inspector póstumo Julio Ernesto Cáceres, quien fue abatido a balazos durante una operación el 21 de mayo de 2023 en la colonia Buenas Nuevas de Comayagüela.
Su nombre ha vuelto a resonar luego de que agentes de la Policía se enfrentaran el pasado jueves a pandilleros en el sector de El Lolo. Minutos después, se informó que uno de los fallecidos en el enfrentamiento era quien le había quitado la vida al uniformado.
Cáceres estaba asignado, hasta el momento de su muerte, a la Dirección Policial Anti Maras y Pandillas Contra el Crimen Organizado (DIPAMPCO). Su fallecimiento causó dolor, consternación y tristeza dentro de la institución, que lo recuerda por su compromiso y servicio al país.
Los restos del inspector póstumo fueron sepultados en su natal Yuscarán, El Paraíso, el 22 de mayo de 2023. Agentes policiales y miembros del alto mando de la institución acompañaron a la familia en ese difícil momento y se comprometieron a investigar lo sucedido.
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Muerte en el cumplimiento del deber y legado
La mañana del domingo 21 de mayo, un equipo de agentes policiales, incluyendo al oficial Cáceres, se dirigió a la colonia Buenas Nuevas, un sector conocido por su alta incidencia delictiva. El objetivo era detener a un peligroso miembro de la Pandilla 18.
Al detectar la presencia policial, los delincuentes abrieron fuego contra los uniformados, quienes se vieron obligados a repeler la agresión, dando inicio a un enfrentamiento armado. Durante el intercambio de disparos, el oficial Cáceres recibió un impacto de bala mortal en el tórax por parte de un pandillero, falleciendo en el lugar de los hechos.
En sus honras fúnebres, el padre de Cáceres, quien es un reconocido maestro en Yuscarán, manifestó que su hijo de 27 años era un papá muy amoroso. El uniformado tenía dos hijos, una niña y un varón, y pese a sus ocupaciones buscaba tiempo para estar en familia.
Hijo y padre ejemplar
Del mismo modo, el progenitor destacó que su hijo era muy amoroso con su esposa, misma que le demostró en todo momento su apoyo incondicional para que pudiera prepararse como policía.
«Él estaba planeando hacer su casa, yo le ofrecí una parcela ya que él me manifestó que quería cumplir su sueño de una casa propia en el lugar donde creció y fue tan feliz», recordó con mucha nostalgia el padre.
La familia doliente expresó que siempre fueron conscientes de que en cualquier momento podían recibir una noticia fatal. Sin embargo, constantemente encomendaban a Julio a Dios, pues él siempre soñó con servir a su país, sin importar los riesgos que ello implicara.
El pandillero que presuntamente asesinó al inspector póstumo usaba el alias de «El Riesgo». Su cuerpo aún permanece en los cuartos fríos de Medicina Forense, ya que no se ha realizado una identificación legal.
Durante el enfrentamiento, este sujeto y otro individuo identificado como «Canavi« portaban fusiles AR-15, con los que abrieron fuego contra los agentes policiales que participaban en la operación. Sin embargo, los agentes repelieron el ataque y abatieron a ambos sujetos. Ambos cuerpos presentaban tatuajes alusivos a la pandilla.
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