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jueves, agosto 7, 2025

¿Qué significa sufrir pesadillas nocturnas? Esto explica la psicología

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Redacción. Despertar de un sueño con angustia, miedo o ansiedad no es un hecho aislado. Según la American Academy of Sleep Medicine (AASM), entre el 50 % y el 85 % de las personas experimentan pesadillas ocasionales. Aunque suelen ser pasajeras, cuando su frecuencia o intensidad aumenta, pueden afectar seriamente el descanso y el bienestar psicológico.

La AASM define las pesadillas como sueños vívidos que tienden a ser amenazantes, perturbadores o emocionalmente molestos. Se presentan principalmente durante la fase REM del sueño, en la segunda mitad de la noche, cuando esta etapa es más prolongada.

Estos sueños suelen desarrollarse de forma coherente, con una narrativa que genera tensión progresiva. La persona generalmente despierta en medio del episodio, con sensaciones de peligro inminente o malestar emocional. Las emociones más comunes asociadas a las pesadillas incluyen miedo, ansiedad, vergüenza, ira, repulsión o tristeza.

Cuando el sueño no logra cumplir su función protectora se convierte en pesadilla y genera un despertar angustioso.

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El significado psicológico de las pesadillas

Desde el psicoanálisis, las pesadillas se interpretan como una expresión simbólica del inconsciente. La licenciada Gloria Gitaroff, miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), sostiene que los sueños funcionan como mensajes cifrados que reflejan deseos reprimidos, temores o conflictos internos.

Cuando el sueño no logra mantener el equilibrio entre procesar estos contenidos inconscientes y permitir el descanso, puede transformarse en una pesadilla que interrumpe el sueño con angustia. En este sentido, las pesadillas no serían fallos del descanso, sino señales de procesos psíquicos no resueltos.

Qué factores aumentan el riesgo de tener pesadillas

Las pesadillas pueden tener múltiples causas, aunque en muchos casos no existe un origen único o identificable. Factores como el estrés, la ansiedad, el insomnio, las preocupaciones cotidianas o el cansancio acumulado aumentan su probabilidad.

El neurólogo Matthew Walker, de la Universidad de Berkeley, destaca que aunque aún no se comprende del todo la relación entre el sueño y las emociones, existe consenso en que los estados emocionales alterados influyen directamente en la calidad y el contenido del sueño. Durante la pandemia de COVID-19, por ejemplo, se reportó un aumento global de pesadillas, asociado al encierro, la incertidumbre y el estrés colectivo.

Qué sueña la mayoría

Un estudio del Instituto Central de Salud Mental en Mannheim y la Universidad de Friburgo, liderado por Michael Schredl y Anja Göritz, analizó las pesadillas más comunes en una muestra de más de 1.200 personas. Estas fueron las temáticas más frecuentes:

  • Fracaso o frustración: llegar tarde, perder objetos, no poder comunicarse, fallar en una tarea. Reportado por el 18 % de los participantes, especialmente en hombres.

  • Agresión física: persecuciones, amenazas, ataques, secuestros o violencia sexual.

  • Accidentes: caídas, ahogamientos, siniestros automovilísticos. Afectaron al 15 % de los encuestados.

Según la licenciada Gitaroff, estos contenidos reflejan angustias relacionadas con exigencias de la vida real, como temores a no cumplir expectativas o a no estar preparado para enfrentar ciertos desafíos.

Cuándo se considera un trastorno de pesadillas

Las pesadillas ocasionales no requieren tratamiento. Sin embargo, cuando ocurren al menos una vez por semana, provocan angustia significativa o alteran la vida diaria (insomnio, miedo a dormir, bajo rendimiento laboral, aislamiento social), se diagnostica un trastorno de pesadillas.

En casos de trauma psicológico, como el trastorno de estrés postraumático (TEPT), las pesadillas son más intensas, recurrentes y directamente ligadas a la experiencia traumática. Estos episodios suelen generar sensación de impotencia, hipervigilancia y dificultad para retomar el sueño.

Cómo se tratan las pesadillas desde la psicología

Existen múltiples abordajes terapéuticos para tratar pesadillas recurrentes o debilitantes. Entre los más utilizados se encuentran:

  • Terapia cognitivo-conductual, enfocada en modificar pensamientos negativos asociados al sueño

  • Técnicas de relajación muscular y respiración consciente

  • Sueños lúcidos dirigidos, para intervenir en el contenido del sueño

  • Terapia de exposición con reestructuración de la imagen del sueño

  • EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares), especialmente útil en pacientes con trauma reciente

Además del tratamiento psicológico, los especialistas recomiendan mejorar los hábitos de sueño a través de una correcta higiene del sueño.

Recomendaciones para mejorar el descanso

La American Academy of Sleep Medicine sugiere las siguientes pautas para prevenir la aparición de pesadillas y promover un sueño reparador:

  • Mantener un horario de sueño regular, incluso los fines de semana

  • Dormir entre 7 y 8 horas cada noche

  • Realizar una rutina relajante antes de acostarse

  • Usar la cama solo para dormir o mantener relaciones sexuales

  • Apagar dispositivos electrónicos al menos 30 minutos antes de dormir

  • Evitar comidas copiosas, cafeína o alcohol antes de acostarse

  • Hacer ejercicio de forma regular y llevar una dieta saludable

  • Limitar la cantidad de líquidos antes de dormir

  • Mantener la habitación fresca, oscura y en silencio

Buscar ayuda profesional cuando las pesadillas afectan el descanso o la calidad de vida puede marcar una diferencia significativa.

Tener pesadillas de forma esporádica es parte de la experiencia humana. Sin embargo, cuando se vuelven frecuentes o emocionalmente intensas, pueden ser un reflejo de conflictos internos o tensiones no procesadas. La psicología ofrece herramientas para abordar estas manifestaciones, no solo para mejorar el sueño, sino también para favorecer el equilibrio emocional y el bienestar mental.

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