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viernes, abril 19, 2024

¿Qué hacer cuando nos volvemos «adictos» a una persona?

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REDACCIÓN. No solo las drogas, las compras, el ejercicio físico o internet pueden generarnos una adicción. Nuestros vínculos y relaciones también son susceptibles de seguir esta dinámica y sumirnos en una situación de dependencia y falta de control.

Cuando hablamos de adicción al amor no se trata tanto de la contraparte, sino de una forma disfuncional de vincularnos que hemos aprendido. Esto supone que este patrón de dependencia, de relaciones desequilibradas, de sumisión y desesperación puede repetirse en diferentes vínculos y con distintas parejas.

Por ello, más que dejar la relación, el objetivo siempre consistirá en entender por qué funcionamos de este modo. Y, por supuesto, cómo podemos mejorar.

¿Cómo actuamos al volvernos adictos a una persona?

Una de las características más llamativas de las adicciones es la escasa consciencia que la persona tiene de su problema. Es común que no logre identificar o admitir que tiene una dependencia y que no perciba o minimice cómo está impactando en su vida.

Por ello, un primer paso fundamental es reconocer que nos hemos vuelto a adictos a una persona. Cuando esto ocurre, suelen estar presentes las siguientes características:

  • La otra persona se convierte en el centro de tu atención y de tu vida. Inviertes una gran cantidad de tiempo en pensar en ella, en atenderla y en estar a su lado. Además, cuando estáis separados, puedes sufrir ansiedad y necesidad de retomar el contacto en seguida.
  • Estableces una relación desequilibrada en la que adoptas una posición de sumisión. Tiendes a complacer a la otra persona en todo, dejándote de lado y soportando situaciones inaceptables por miedo a que se vaya o te retire el afecto.
  • Abandonas tus opiniones, aficiones y relaciones sociales para amoldarte a lo que la otra persona desea de ti.
  • Demandas constantemente atención, afecto y seguridad. Necesitas reafirmar que la otra persona te quiere y va a permanecer a tu lado. Necesitas vincularte en exceso y crear una muy estrecha intimidad emocional. Quieres ser el centro de su vida.
  • Idealizas a la otra persona al tiempo que te desvalorizas y te consideras inferior en varios aspectos.
  • Pese a que en esta relación estás sufriendo, la sola idea de que pueda terminar te parece catastrófica. Este es tu mayor miedo y no te visualizas como capaz de salir adelante tras una ruptura.
qué hacer adictos a una persona
Trabajar en uno mismo es esencial para dejar esta adicción.

¿Qué hacer cuando nos volvemos adictos a una persona?

Cuando nos volvemos adictos a una persona están operando mecanismos a diferentes niveles. Por un lado, a nivel biológico, el enamoramiento inunda nuestro cerebro de dopamina, generando sensaciones muy placenteras y alentando el contacto constante. Ante su ausencia, sufrimos craving (una urgente necesidad de buscarla).

Por otro lado, a nivel psicosocial, tenemos un patrón de necesidades emocionales insatisfechas que tratamos de paliar vinculándonos de esta forma. Esto puede tener su origen en un estilo de apego ansioso, surgido en las relaciones más tempranas.

Realiza trabajo interior

Tu adicción al amor realmente no tiene que ver con esa persona en concreto que hoy en día es tu pareja. El origen del problema está en ti, así como también la solución. Por ello, trabaja en tus propias carencias emocionales, analizando qué te llevó a tenerlas y cómo puedes sanarlas de una forma apropiada.

Al entender que tu apego a esa persona no es un gran amor, sino un fuerte miedo derivado de tu malestar interior, podrás comenzar a ver tu realidad con otros ojos. Sin embargo, es posible que necesites apoyo profesional para realizar esta toma de consciencia.

Modifica tu forma de vincularte

Si quieres recuperar tu independencia emocional, comienza por modificar algunas de tus conductas en el vínculo. Por ejemplo, deja de buscar reaseguro constante, con preguntas incesantes. Procura no reclamar y no tratar de controlar.

Aprende a relacionarte de una forma sana e identifica todas esas conductas que llevas a cabo desde la carencia y la necesidad.

A pesar de lo difícil que pueda parecer, dejar esa atadura emocional, es posible.

Aprende a priorizarte y a poner límites

El miedo al abandono puede llevarte a tomar actitudes muy complacientes, pero esto no es saludable. Una persona debe quererte por quien eres, no por lo que haces por ella o por cuánto le sirves. Así, empieza a conectar con tus propias opiniones, deseos, necesidades y hazlos valer.

Retoma tus vínculos y aficiones

Es muy común que la dependencia emocional lleve a las personas a centrarse tanto en la pareja, que terminan descuidando todos los demás aspectos de su vida. Sin embargo, es muy saludable conservar una parcela de independencia, tener intereses propios y otros vínculos nutritivos de los que disfrutar.

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