Redacción. La decisión del presidente Donald Trump de bombardear tres sitios nucleares iraníes ha intensificado drásticamente las tensiones en Oriente Medio, provocando una creciente preocupación mundial por una escalada bélica.
Tras la acción militar occidental más significativa contra la República Islámica desde 1979, el mundo aguarda expectante la respuesta de Irán. Así mismo, los analistas señalan una posible represalia que podría tener un impacto económico devastador: el cierre del Estrecho de Ormuz.
Este paso marítimo, vital para el comercio mundial, permite el tránsito de más de una quinta parte del suministro global de petróleo (unos 20 millones de barriles diarios) y una considerable cantidad de gas licuado. Aunque Irán ha amenazado con cerrar el estrecho en el pasado, nunca ha llevado a cabo tal acción.
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Estrategia
El Estrecho de Ormuz, que conecta el Golfo Pérsico con el Golfo de Omán, es un punto geoestratégico crucial. Su cierre afectaría directamente el flujo de crudo de importantes productores de la OPEP como Arabia Saudita, Kuwait e Irak, que envían la mayor parte de sus exportaciones a través de esta vía de solo 33 kilómetros en su punto más estrecho. La interrupción del tráfico reduciría los inventarios globales de petróleo y dispararía sus precios, generando un efecto inflacionario inmediato a nivel mundial.
Según los reportes, el parlamento iraní ya ha aprobado una medida para cerrar el estrecho, aunque la decisión final recae en sus máximos líderes. El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, ha advertido que los bombardeos de Trump «tendrán consecuencias duraderas», insinuando una represalia abierta. El líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, calificó el ataque de Israel (al que EE. UU. se unió) como un «grave error» que «debe ser castigado».
¿Cómo sería un cierre?
Un intento de Irán de cerrar el estrecho probablemente implicaría minar las dos rutas de navegación de 3 kilómetros de ancho. Este es un método que Teherán podría ejecutar con sus miles de minas marinas, incluyendo modelos avanzados. Sin embargo, la efectividad de esta operación dependería de la rapidez y del uso de submarinos, además de ser vulnerable a ataques costeros por parte de las fuerzas israelíes y estadounidenses.
Aunque el cierre impondría un costo directo a Trump y a la economía global, también sería un dramático acto de autodaño económico para Irán, debido que su propio petróleo utiliza esta misma vía. Además, podría arrastrar a la guerra a los estados árabes del Golfo y afectar severamente a China, que compra casi el 90% de las exportaciones petroleras iraníes.
