AFP. El presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó este jueves a sus tropas aplicar un cese el fuego en Ucrania el 6 y 7 de enero para la Navidad ortodoxa, un anuncio acogido con frialdad por Kiev y sus aliados.
La declaración de Putin se produce después de que el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Kirill, de 76 años, llamara a cesar los combates en vísperas de la Navidad ortodoxa, que se celebra el sábado.
«Teniendo en cuenta el llamado de su santidad el patriarca Kirill, instruí al ministro de Defensa que ordene un régimen de cese el fuego en toda la línea de contacto entre los bandos en Ucrania», anunció el Kremlin en un comunicado.
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La tregua, que sería la primera desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero, tendrá lugar a partir de las 12H00 (09H00 GMT) del 6 de enero y hasta las 24H00 (21H00 GMT) del 7 de enero, añadió.
El anuncio de Putin
Su presidente, Volodimir Zelenski, aseguró que solo era una «excusa para frenar el avance» de las tropas de Kiev en el Donbás y que servía para llevar «equipamientos, municiones y acercar a hombres a nuestras posiciones».
«¿Cuál será el resultado? Más muertes», sentenció.
Unas horas antes, su asesor, Mijaílo Podoliak, calificó el anuncio de «hipocresía» e insistió en que las tropas de Moscú debían abandonar el país.
«Rusia debe abandonar los territorios ocupados, solo entonces habrá una ‘tregua temporal’. Guárdense su hipocresía», escribió en Twitter.
«Buscando oxígeno»
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tampoco acogió el anuncio con optimismo.
Vladimir Putin «estaba listo para bombardear hospitales, guarderías e iglesias» el 25 de diciembre y el día de Año Nuevo, criticó durante un discurso en la Casa Blanca. «Creo que está buscando algo de oxígeno», añadió.
Alemania, por su parte, afirmó que el cese el fuego no garantizaría más «libertad ni seguridad a las personas que viven con miedo diario bajo la ocupación rusa».
Y Reino Unido insistió en que Moscú debe retirar «permanentemente sus fuerzas (…) del territorio ucraniano y poner fin a sus bárbaros ataques contra civiles inocentes».
Tanto Alemania como Estados Unidos acordaron este jueves enviar vehículos blindados de combate a Ucrania para ayudarla en la contraofensiva contra las tropas rusas, anunció la Casa Blanca.
Además, Berlín seguirá los pasos de Estados Unidos y entregará también un sistema de defensa aérea Patriot al país.
Rusia está dispuesta a un «diálogo serio» con Ucrania, pero a condición de que Kiev acepte «las nuevas realidades territoriales» surgidas tras la invasión del país, señaló Putin a su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, en una conversación telefónica.
Erdogan pidió a Putin aplicar un «cese el fuego unilateral» para iniciar negociaciones de paz con Kiev.
Moscú reivindicó en septiembre la anexión de cuatro regiones que ocupa parcialmente en Ucrania, siguiendo el esquema que ya llevó a cabo con la península ucraniana de Crimea en marzo de 2014.
Zelenski se niega a negociar con Rusia mientras Putin esté en el poder e insiste en que el objetivo es recuperar todos los territorios ocupados.
«Dejaremos la ciudad»
Los llamados al cese el fuego tienen lugar días después de que un ataque ucraniano en la noche de Año Nuevo causara al menos 89 muertos en la localidad de Makéyevka, en la región anexionada de Donetsk.
El ejército ruso, en un hecho poco común, admitió el trágico balance tras el bombardeo, y fue blanco de duras críticas.
En el terreno, los combates siguen haciendo estragos. En Chasiv Var, una localidad situada a menos de 20 km de Bajmut, en el este, los habitantes contaron a la AFP que un misil ruso había impactado contra un edificio, hiriendo a un hombre y una mujer.
La explosión destrozó las ventanas de un edificio colindante y de un hospital, dejando un montón de escombros en el piso.
«Cuando se vuelva muy duro, dejaremos la ciudad», declaró Olena, una habitante, a la AFP. «Tengo tres perros. Me iría si alguien aceptara llevárselos, pero nadie quiere», explicó.
Más al sur, en Berislav, una ciudad cerca de Jersón, los bombardeos causaron la muerte de dos personas, según el jefe adjunto de la administración presidencial, Kirilo Timochenko.
Otras dos murieron en otro ataque en la región de Zaporiyia, también en el sur, indicó el gobernador Oleksandr Starukh.