REDACCIÓN. Diversos comentarios dejó la reunión que sostuvieron ayer en la Casa Blanca los presidentes de Estados Unidos (EE.UU.), Donald Trump y de El Salvador, Nayib Bukele.
El encuentro que se desarrolló en Washington no hizo más que confirmar la estrecha relación entre ambos mandatarios, en un escenario marcado por las medidas migratorias y la guerra comercial desatada por el líder norteamericano.
En las últimas semanas, Bukele se ha convertido en uno de los grandes aliados de Trump en Latinoamérica. El salvadoreño permitió que su país recibiera en sus cárceles a cientos de migrantes deportados por Estados Unidos bajo la acusación de pandilleros.
La frase que impresionó a Trump
Uno de los momentos que marcaron la cita fue cuando Bukele respondió a las críticas de los organismos de derechos humanos sobre su comentada «guerra» contra las pandillas.
«A veces dicen que encarcelamos a miles. A mí me gusta decir que, en realidad, liberamos a millones», dijo el líder salvadoreño.
Estas palabras sorprendieron a Donald Trump: «Eso es muy bueno. ¿Quién les dio esa frase? ¿Crees que pueda usarla?», bromeó el mandatario, que también agradeció a su homólogo centroamericano por la ayuda brindada en los procesos de deportación.
«Estamos muy contentos y tenemos muchas ganas de ayudar», contestó Bukele. «De hecho, señor presidente, tiene que liberar a 350 millones» de estadounidenses de los delincuentes pero para ello «tiene que encarcelar a algunos. Así es como funciona, ¿no?», opinó el Presidente salvadoreño.
Trump le dio la razón. También estuvieron de acuerdo sobre el destino del migrante salvadoreño Kilmar Ábrego García, deportado por «error». Según reconoce la administración estadounidense: ambos rechazaron la idea de devolverlo a Estados Unidos.
Lea también: Bukele en cita con Trump: salvadoreño deportado por error no será devuelto a EE. UU.
El primero en Casa Blanca
Bukele es el primer presidente latinoamericano en pisar el Despacho Oval de la Casa Blanca en el segundo mandato de Trump, que ha recibido a otros pero en su residencia privada de Florida.
El encuentro se celebró en medio del huracán arancelario de Trump, del que no se libró El Salvador. No obstante, paga el 10% mínimo universal impuesto por Washington a todos sus socios para reducir el déficit comercial, sanear las finanzas públicas y relocalizar muchas actividades industriales.
Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones de El Salvador, un país ultraseguro según el Departamento de Estado que este mes lo pasó del nivel 2, que compartía con países como España, al 1, el mejor.
Los 2,5 millones de salvadoreños que viven en Estados Unidos son un sostén para la economía de su país por las remesas que envían (el 23% del PIB en 2024).