Redacción. Militantes del Partido Libertad y Refundación (Libre) se tomaron este martes las instalaciones del banco de sangre del Hospital Escuela en Tegucigalpa, en protesta por la supuesta imposición de una nueva jefa en el área.
Esta acción ha generado caos y preocupación entre los ciudadanos que necesitaban realizar donaciones o recibir sangre.
Según los protestantes, la doctora Griselda Castillo, mediante una orden judicial, pretende ocupar el puesto de la actual jefa, Yuri Valeriano.
Del mismo modo, los manifestantes defienden la gestión de Valeriano:
«Con la doctora Yuri Valeriano se ha venido trabajando de una manera adecuada, correcta. El banco de sangre ha logrado tener la cantidad de sangre que en tiempo atrás no se había obtenido», destacó uno de los presentes.
Le puede interesar – Banco de sangre de la Cruz Roja está «en quiebra»; urgen donantes
Denuncias de acoso
Los empleados también denunciaron que la doctora Castillo ha cometido «atropellos» contra otros trabajadores.
«La señora nos monta una persecución total, haciéndonos videos. Hay pruebas de eso, donde nos pasa coaccionando», aseveró un representante de los manifestantes al medio de comunicación Hoy Mismo, quien prefirió mantener su identidad en reserva.
El grupo advirtió que el banco de sangre no reanudará sus operaciones hasta que se encuentre una solución a sus demandas.
Desesperación de donantes
La situación desató una profunda preocupación y frustración entre los hondureños que llegaron temprano y desde distintos puntos del país para donar o solicitar sangre. Muchos no ocultaron su molestia ante la paralización del servicio.
Marco Antonio, un hondureño afectado, reveló que lleva cuatro días esperando una solución, ya que su esposa necesita urgentemente una pinta de sangre.
«Tenemos cuatro días de estar viniendo y no nos solucionan nada. Queremos que nos solucionen, porque no vamos a estar viniendo a gastar pasaje tampoco. De aquí no me voy hasta que me saquen la pinta de sangre«, comentó otra hondureña visiblemente molesta.
La impotencia llevó a varias personas a llorar. «Mi hermano está entre la vida y la muerte. Necesitamos que esa sangre la reciba», lamentó otra persona que había llevado dos donantes desde Comayagua, evidenciando la crítica situación de muchos pacientes.