Hasta pronto Manuel Gamero, ex director de Diario TIEMPO

En la sala de Redacción de su amado Diario TIEMPO fue maestro de generaciones enteras de periodistas que reconocen en él un baluarte a la altura de Ventura Ramos y Paulino Valladares.

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Manuel Adalid Gamero
En la sala de Redacción de su amado Diario TIEMPO fue maestro de generaciones enteras de periodistas que reconocen en él un baluarte a la altura de Ventura Ramos y Paulino Valladares.

TEGUCIGALPA. Manuel Adalid Gamero, su último editorial escrito para Diario TIEMPO lo tituló “Hasta ponto, Honduras”.

Aquella pieza literaria, única y exquisita, como todas las que escribió por más de 40 años, apareció en la portada de la última edición impresa del rotativo.

El editorial comunicaba la dolorosa de noticia del cierre de uno de los medios de comunicación más influyentes del país. Manuel Gamero, el primero, el único y el último director del histórico Diario TIEMPO impreso, se despidió así de las páginas en las que escribió, lamentó y soñó la historia de Honduras.

Periodista, abogado, político, filósofo, intelectual y analista, Gamero también se ha despedido esta madrugada de lunes de este mundo. A sus 81 años, Gamero – cuya obra en la comunicación hondureña fue reconocida nacional e internacionalmente – falleció en la capital hondureña.

Manuel Gamero, fundador de Diario TIEMPO

Gamero fundó, el 7 de noviembre de 1970, el que prefería llamar “El Diario de Honduras”. Lo hizo de la mano de sus grandes amigos: Jaime Rolando Rosenthal Oliva, Edmond L. Bográn, Reginaldo Panting, entre otros.

Desde entonces, estableció los principios claros que durante sus más de 40 años de existencia abanderó Diario TIEMPO: el plural desarrollo democrático, la defensa de los derechos humanos – con acento en la libertad de expresión – el progreso económico y social equitativo y la libre empresa.

Gamero fue un ferviente crítico de las dictaduras, el militarismo, la corrupción y la impunidad y defendió, a toda costa, la libertad de expresión y valientemente la laicicidad del Estado hondureño.

Por sus posturas sociales y políticas sufrió marginamiento social y cárcel, pero más allá de eso, recibió el reconocimiento de un país que tuvo voz, gracias a su valentía.

Nacido en la ciudad de Danlí, El Paraíso, atravesó muchas etapas históricas y difíciles de Honduras, entre ellas la época de la Guerra Fría y luego el Golpe de Estado del 2009, que cuestionó con mucha dureza.

En la sala de Redacción de su amado Diario TIEMPO fue maestro de generaciones enteras de periodistas que reconocen en él un baluarte a la altura de Ventura Ramos y Paulino Valladares.

Su trinchera, la opinión editorial

Su último editorial

En los últimos años de su carrera en TIEMPO, Gamero concentró sus más grandes esfuerzos a la generación diaria de su artículo editorial, en el que plasmaba, con certera claridad, la opinión del medio de comunicación respecto de los principales temas nacionales e internacionales.

Sus escritos los analizaban a diario quienes buscaban formarse una opinión independiente y acertada de las realidades domésticas y globales. Cada editorial era una pieza literaria y un instrumento de análisis.

Habiendo cesado obligadamente en sus funciones como director de TIEMPO, Gamero buscó entonces otra trinchera con compañeros de lucha de toda una vida.

En los últimos meses activó en el Frente Nacional de Convergencia, junto con el líder sindical Carlos H. Reyes, la doctora Juliette Handal y otros hondureños que luchan por el respeto a la Constitución y a la Institucionalidad.

En sus posturas inclaudicables, Gamero será recordado por su lucha contra la permanencia en nuestro territorio de ejércitos irregulares extranjeros como los Contras

Lo extrañará el periodismo, pero también su amado Partido Liberal, al que le sirvió toda su vida y al que representó en distintos cargos, incluso como diputado del Parlamento Centroamericano (PARLACEN).

También lo añorarán su esposa Mayita Gamero y sus tres hijos,Manuel Adalid, José Antonio y Ana Carolina, a los que educó con amor y rigor como buen padre. En aquel, su último editorial, escribió “Hasta pronto, Honduras”. Hoy lo despedimos con un “Hasta pronto, Manuel Gamero”.