Redacción. La caída de cabello afecta a un número creciente de mujeres y no es solo un problema estético: impacta directamente en la autoestima, la identidad personal y el bienestar emocional. Según especialistas, las causas son múltiples y comprenderlas es clave para un tratamiento eficaz.
Factores genéticos: alopecia androgenética
La alopecia androgenética es la forma hereditaria más frecuente de pérdida de cabello en mujeres. Este trastorno hace que los folículos capilares se reduzcan gradualmente, disminuyendo la densidad y el grosor del cabello.
La Academia Americana de Dermatología indica que perder todo el cabello es raro, pero el adelgazamiento progresivo es común. Las mujeres suelen intentar disimularlo con productos cosméticos, lo que puede generar aislamiento o ansiedad.
Alteraciones hormonales
Cambios hormonales relacionados con el embarazo, la menopausia o enfermedades de la tiroides afectan directamente el crecimiento capilar. Tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo pueden desencadenar caída de cabello, ya que la hormona tiroidea regula el ciclo de crecimiento de los folículos. Analizar los niveles hormonales y tratarlos médicamente puede restaurar el ciclo capilar.
Estrés físico y emocional
El efluvio telógeno es un tipo de caída de cabello temporal que se produce tras eventos estresantes, como duelos, cirugías, enfermedades graves o pérdida de peso rápida. La caída suele aparecer entre dos y tres meses después del evento y es reversible una vez resuelta la causa.

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Deficiencias nutricionales
La falta de proteínas, hierro, vitamina D, zinc o biotina debilita los folículos y frena el crecimiento del cabello. Especialistas advierten que tomar suplementos sin indicación médica puede empeorar el problema. La nutrición equilibrada, con proteínas de calidad, frutas, verduras y legumbres, es la base para mantener un cabello saludable. Dietas extremas o ayunos prolongados aumentan el riesgo de efluvio telógeno.
Hábitos de cuidado capilar y tratamientos agresivos
Peinados muy ajustados, trenzas tensas, químicos fuertes, planchas y secadores dañan los folículos y pueden provocar pérdida permanente del cabello. Reducir el uso de estos hábitos y optar por cuidados suaves previene daños irreversibles.
Enfermedades autoinmunes
La alopecia areata y la alopecia cicatricial son causas menos frecuentes pero relevantes. En la primera, el sistema inmunitario ataca los folículos; en la segunda, los folículos se reemplazan por tejido cicatricial. Ambas requieren tratamiento médico especializado con inmunoterapia, corticosteroides o medicamentos biotecnológicos.
Tratamientos según la causa
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Alopecia androgenética: minoxidil 5 %, terapia láser, medicamentos recetados y algunas inyecciones en el cuero cabelludo.
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Efluvio telógeno: recuperación natural en seis a nueve meses al eliminar el factor desencadenante.
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Alteraciones hormonales: tratamiento médico para restablecer el equilibrio hormonal.
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Deficiencias nutricionales: dieta balanceada o suplementos bajo supervisión médica.
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Alopecias autoinmunes: inmunoterapia, corticosteroides o biotecnología médica según indicación profesional.

La caída de cabello en mujeres es un fenómeno multifactorial que combina genética, hormonas, nutrición, estrés y hábitos de cuidado capilar. Detectar la causa específica con un especialista permite elegir el tratamiento adecuado, prevenir daños mayores y proteger la salud capilar y emocional.
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