AFP. Al menos tres presos murieron y seis resultaron heridos en un motín en una cárcel del puerto ecuatoriano de Guayaquil, con unos 4.400 reos y de la que se fugó hace meses un capo criminal, informó el jueves las autoridades.
El organismo estatal a cargo de las prisiones (SNAI) señaló en un comunicado que los reos fallecieron durante un «enfrentamiento» el miércoles con la fuerza pública en la cárcel Regional de Guayaquil (suroeste), de la cual escapó a principios de enero Adolfo ‘ Fito’ Macías, líder de la organización Los Choneros, una de las principales del país.
La fuga del capo llevó al gobierno a declarar el estado de excepción con el que desplegó militares en las calles y cárceles del país. Esa fue una medida a la que los grupos narcos respondieron con una ola de violencia en la que murieron una veintena de personas.
El SNAI indicó que la situación «se encuentra 100% controlada» por la intervención de policías y militares.
Bases para la seguridad
Periodistas de la AFP escucharon detonaciones y vieron llamas en el interior de la prisión, una de las cuatro que conforman un gran complejo penitenciario de Guayaquil que ha servido como escenario de matanzas entre ríos de grupos rivales.
El jueves temprano, unos 200 familiares de los reclusos quemaron neumáticos para interrumpir momentáneamente la circulación de vehículos a las afueras del centro militar en protesta por supuestos malos tratos a los presos, lo que habría ocasionado la rebelión.
Las cárceles ecuatorianas son centros de operaciones de bandas narcotraficantes vinculadas a carteles de Colombia y México. Desde 2021 los constantes choques armados entre estos grupos criminales han dejado más de 460 presos muertos.
Por iniciativa del presidente de Ecuador, Daniel Noboa, el 21 de abril se realizará un referendo para decidir si los militares deben apoyar a los policías para combatir la delincuencia sin un estado de excepción. Además, si se autoriza la extradición de ecuatorianos relacionados con el crimen organizado y se aumentan las penas por terrorismo y narcotráfico.
El mandatario manifestó que el referendo «permitirá cimentar las bases de la seguridad, la paz y el desarrollo».
Tras la fuga de Fito, quien desde 2011 cumplió una condena a 34 años por delincuencia organizada, narcotráfico y asesinato, las bandas criminales protagonizaron en enero una violenta arremetida con saldo de una veintena de muertos, ataques a la prensa, explosiones y más de 200. secuestros temporales en cárceles y calles.
Militares en las calles
Ante la crisis, Noboa decretó estado de excepción que le permite movilizar a las Fuerzas Armadas, con toques de queda nocturnos en Quito y Guayaquil. La medida se extenderá hasta abril.
El mandatario también declaró a la nación en conflicto armado interno. Y tildó a una veintena de agrupaciones de «terroristas» y «beligerantes», como medida para doblegarlas.
Ubicado entre Colombia y Perú, los mayores productores de cocaína del mundo, Ecuador se convirtió hace años en un centro logístico para el envío de droga a Estados Unidos y Europa.
Las bandas se disputan a sangre y fuego rutas para el tráfico. Eso elevó la tasa de homicidios de 6 por cada 100.000 habitantes en 2018 al récord de 46 en 2023.
El gobierno sostiene que su ofensiva redujo los asesinatos de 28 días en la primera semana de enero a 11 después de dos semanas.
«Combatimos a los narcoterroristas que otros se solaparon con su inoperancia», indicó el gobernante, apuntando que las Fuerzas Armadas «están en las calles y necesitamos que continúen apoyando en el control de la seguridad».
En los últimos días se dio un rebrote de la violencia, al asesinar a tiros la alcaldesa más joven de Ecuador junto a un colaborador.
También un soldado murió y otros tres salieron heridos en una emboscada a una patrulla militar. La policía debió evacuar un estadio donde se disputaba un partido de fútbol profesional por una amenaza de bomba en los estacionamientos.