Redacción. El jefe de gobierno de Andorra, Xavier Espot, hizo pública su homosexualidad. Lo hizo en una entrevista en Radio y Televisión Andorrana (RTVA). «No debe suponer ningún inconveniente manifestarlo»: «Yo soy gay. Nunca me he escondido», dijo. Espot, que encabeza el ejecutivo andorrano desde el 2019 –y que revalidó el cargo tras las elecciones de abril de este año–, deja claro que su orientación sexual no define la «totalidad» de la su persona, y «todavía menos de la política». Pero cree que revelar que es gay puede servir de ejemplo en un momento en que todavía hay mucho camino por correr en términos de igualdad y celebró que expresarse de forma «muy abierta y transparente» pueda ayudar a «normalizar esta diversidad».
«Si esto sirve para que muchos niños, jóvenes o adolescentes que están pasando por un momento difícil vean que al final, independientemente de su condición u orientación sexual, en este país puedes prosperar y llegar a la más alta magistratura, pues yo estoy encantado de manifestarlo», dijo. El mismo argumento lo reiteró este martes en declaraciones a Catalunya Ràdio, donde confesó que no se esperaba que explicar que es gay –algo que ya era «público y notorio» en Andorra, destacó– pudiera tomar esta «amplitud dentro y fuera del Principado. «Es demostrativo que quizás no hemos terminado de normalizar la diversidad sexual», apuntó.
Ninguna sorpresa entre el colectivo
La salida del armario públicamente de Espot no ha sido «ninguna sorpresa» para el colectivo, asegura Isabella Vargas, vicepresidenta de la entidad Diversand, quien confía en que este paso suponga «una normalización» para que parte de la sociedad andorrana que todavía mantiene ciertos «prejuicios y reticencias» a la hora de aceptar la diversidad. En este sentido, señala que siempre es un «gran avance» un ejemplo tan potente como la del jefe de gobierno que demuestra que el hecho de ser homosexual no afecta a la profesionalidad.
Pese a los avances que ha hecho Andorra para eliminar algunas discriminaciones desde que en 1994 se adhirió al Consejo de Europa, no ha sido hasta julio de 2022 que legalizó, a través de la ley de la persona y la familia, la unión civil igualitaria para las personas del mismo sexo, diferenciada de las heterosexuales.
Sin embargo, cuando entró en vigor lo hizo con la equiparación de derechos y bajo el epígrafe de matrimonios gracias a una modificación del Código de Familia, que se publicó con la firma del presidente francés y copríncipe de Andorra, Emmanuel Macron, pero sin la del otro copríncipe, el arzobispo de Urgell, Joan-Enric Vives, partidario de reservar el concepto matrimonio solo para las uniones contraídas por la vía canónica.
LGBTI
Entre los grandes déficits en materia de derechos LGTBI, Vargas señala la falta de políticas institucionales específicas para el colectivo, que tenga en cuenta la diversidad, las discriminaciones y violencia que sufre, ya que no disponen de ningún departamento ni oficina propia.
Además, aunque se aprobó incluir el tratamiento para la transición de género en la seguridad social, la falta de especialistas hace inviable iniciarlo hacia el Principado. Así, solo queda la alternativa de ir a Francia o Cataluña, que solo acepta usuarios si disponen de la tarjeta sanitaria. Quienes no la tienen, lamenta Vargas, «solo pueden vivir en la desesperación».
También en marzo del año pasado se aceptó el cambio de nombre para las personas trans, pero la responsable de Diversand denuncia que los trámites son farragosos y deben realizarse a través de un juzgado y no del registro civil. De momento, solo se han realizado tres modificaciones de nombre legalmente.