Tegucigalpa, Honduras. La situación de los deslizamientos en los sectores de La Guía, el Reparto y Nueva Santa Rosa, en la capital, continúa siendo alarmante, evidenciando un problema que se ha prolongado por décadas y que se ha intensificado con el crecimiento urbano y los fenómenos climáticos extremos.
Desde 1950, se registran movimientos de tierra en esta zona, pero en aquel entonces la población era reducida y los efectos no eran tan notorios.

Sin embargo, con el incremento de la urbanización, la vulnerabilidad de las familias ha aumentado de manera significativa, convirtiendo cada nuevo deslizamiento en una amenaza real para la seguridad y la vida de quienes habitan estas áreas.
Casos de deslizamiento
El caso más reciente, ocurrido en Nueva Santa Rosa, evidencia la complejidad de abordar este tipo de fenómenos. Aunque ya se habían identificado las áreas de riesgo y se habían elaborado planes de intervención, los deslizamientos han continuado, afectando viviendas y poniendo en riesgo a numerosas familias.
Esto refleja que la magnitud de los movimientos de tierra y la frecuencia de las lluvias intensas han superado las previsiones iniciales, mostrando la necesidad de una planificación más efectiva y a largo plazo.
Según el geólogo de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, Maynor Ruiz, los estudios previos permitieron definir zonas rojas, amarillas y verdes, así como los límites máximos de desplazamiento de los deslizamientos.
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Sin embargo, el incremento de fenómenos meteorológicos extremos, incluidos huracanes y lluvias torrenciales, ha reactivado deslizamientos incluso en áreas consideradas relativamente seguras.
Esto subraya que los mapas de riesgo, si bien útiles, no son suficientes cuando las condiciones naturales cambian con rapidez y fuerza.
Posible solución
Ruiz sugiere que la solución a esta problemática requiere un enfoque integral. Por un lado, se necesitan obras de ingeniería de gran escala que contengan el movimiento de la masa de tierra y reduzcan el riesgo para las viviendas cercanas, explicó.
Por otro lado, es imprescindible la reubicación organizada de las familias que habitan las zonas de mayor riesgo, para garantizar su seguridad.

El experto estima que los estudios técnicos necesarios para definir estas obras y planificar la intervención requieren al menos dos años. Esto evidencia la importancia de actuar con anticipación y no únicamente de manera reactiva.
En conclusión, los deslizamientos recurrentes en La Guía, el Reparto y Nueva Santa Rosa reflejan la urgente necesidad de una gestión del riesgo efectiva, que combine planificación urbana preventiva, inversión en infraestructura de contención y coordinación entre autoridades locales, según Ruiz.

Asimismo, Ruiz enfatizó que la prioridad debe ser proteger vidas humanas. Finalmente, destacó la importancia de garantizar la resiliencia de las comunidades ante fenómenos climáticos que desafían la infraestructura y la seguridad de la población.



