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martes, abril 16, 2024

¿Por qué la palabra del año 2019 no es una palabra?

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Por Fundéu BBVA y EFE. -Porque han llegado para quedarse, porque todos los empleamos con naturalidad en las conversaciones más espontáneas del día a día, porque conviven en armonía integrados en nuestra lengua y porque el español no debe temerle nunca al progreso, la Fundéu ha querido que en 2019 los emoticonos y emojis ocupen el lugar de su palabra del año.

Las lenguas no deben temerle al progreso. A lo largo de su historia, el español se ha adaptado a los cambios tecnológicos de cada época.

Desde la invención de la imprenta hasta las redes sociales, el español y sus hablantes han sabido y saben convivir con los cambios. Además, aprovechan las nuevas formas de difusión y comunicación en todas sus vertientes.

Comunicar no es solo combinar palabras de acuerdo con unas normas gramaticales.

Muchos otros elementos hacen posible que cada día nos entendamos: la entonación, los gestos o el conocimiento compartido del mundo, por citar solo unos pocos factores. Son tan importantes como las mismas palabras que empleamos o las normas que rigen su concordancia. En cuántas de nuestras conversaciones un movimiento, un guiño o el propio tono de nuestra voz dan a entender una ironía, una broma, un sentido oculto…

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Los emoticonos y emojis se han alzado con la distinción de palabra del año. Este honor lo concede desde hace siete años la Fundación del Español Urgente, promovida por la Agencia Efe y BBVA.

Tras elegir escrache en el 2013, selfi en el 2014, refugiado en el 2015, populismo en el 2016, aporofobia en el 2017 y microplástico en el 2018, el equipo de la Fundación ha optado en esta ocasión por destacar el papel de estos pequeños símbolos en la comunicación.

Los emoticonos y emojis (y sus evoluciones: bitmojis, memojis, animojis…) forman parte ya de nuestra comunicación diaria. Conquistan día a día nuevos espacios más allá de las conversaciones privadas en chats y aplicaciones de mensajería.

Su innegable impacto en nuestra vida cotidiana, sus interesantes relaciones con el resto de los elementos que conforman la comunicación (palabras, frases, signos de puntuación…) y las perspectivas que se abren de cara al futuro han llevado a la Fundéu a ceder a los emoticonos y a los emojis la distinción de palabra del año.

Un cambio evidente

La aparición en los años noventa de los emoticonos —pequeños dibujos creados con signos ortográficos que a menudo se leían inclinando la cabeza :-)— y su evolución ya en el siglo XXI hacia los emojis (pequeñas figuras dibujadas con valor simbólico ) han supuesto un cambio evidente en el modo de comunicarnos.

La Fundéu BBVA es una institución sin ánimo de lucro cuyo objetivo es promover el buen uso del español, en especial en los medios de comunicación. Para ello emite cada día recomendaciones lingüísticas vinculadas a la actualidad informativa y responde cientos de consultas a través del teléfono, el correo electrónico, la web y las redes sociales.
La elección de su palabra del año, que llega en este 2019 a su séptima edición, es el fruto de los debates de sus integrantes (filólogos y periodistas) tras un año de trabajo con el lenguaje más relacionado con la actualidad informativa.

«No se trata, por supuesto, de que los emoticonos y los emojis vengan a robarnos palabras o a pervertir nuestra lengua, que ha mostrado durante siglos su capacidad para adaptarse a los nuevos tiempos y a las tecnologías de cada época. Ni de que acabemos expresándonos solo con este tipo de elementos. Creemos más bien que constituyen un elemento más que contribuye a lograr el fin último de las lenguas. Es decir, la comunicación entre las personas», señala el coordinador general de la Fundéu BBVA, Javier Lascuráin.

«En un mundo marcado por la velocidad, los emoticonos aportan agilidad y concisión. Y en un entorno en el que buena parte de lo que escribimos, sobre todo en chats y sistemas de mensajería instantánea, es comunicación oral puesta por escrito, estos elementos nos permiten añadir matices gestuales y de intención que de otro modo se perderían», añade.

La palabra: reflexiones y retos

Además, muchos de ellos tienen el valor de la universalidad, el de poder ser entendidos por personas de muy diferentes culturas y lenguas. Como afirmó el presidente de la Fundéu BBVA, Mario Tascón, , «puede que los emojis sean lo más cercano a un lenguaje universal que ha creado nunca la humanidad».

Desde el punto de vista de la lengua, el uso de estos pequeños elementos plantea reflexiones y retos. En consecuencia, estos retos ya se empiezan a abordar en las obras académicas: cómo usarlos en textos generals; cómo interactúan con el resto de las palabras, con los signos de puntuación…

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