LA CEIBA.-Unos 20 minutos de tensión y abusos vivieron varios miembros de la familia del conocido fotógrafo internacional y de Tiempo Digital, Ramón Cerritos.
Esos angustiosos minutos los vivieron cuando agentes de la Fuerza Nacional Anti Extorción ingresaron a la residencia en forma intempestiva.
Sin una orden judicial, tres efectivos de ese escuadrón se introdujeron a la casa de Cerritos, ubicada en la colonia Altos de Miramontes. Esta residencia está formada por unas 50 casas y se ubicada cerca de la Universidad Pedagógica de La Ceiba.
Eran las 11:00 de la mañana del miércoles. En la residencia de la familia Cerritos, estaba la esposa y la madre de Ramón, sus hijos y varios nietos, todos menores de edad. Era una mañana como cualquiera otra. Ellas platicaban en el comedor mientras los hijos y nietos realizaban varias actividades en los cuartos de habitación. Disfrutaban del Feriado Morazánico.
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De repente, a eso de las 11:15 A.M., tres hombres enmascarados y armados ingresaron a la residencia por la puerta principal, que en ese momento estaba sin llave.
La esposa y madre al ver los enmascarados pensaron lo peor.
“Los voy a registrar, ustedes tienen armas”, dijo uno de los agentes en forma prepotente y sin inmutarse.
Pero ustedes tienen una orden para ingresar de esa forma a esta casa, les preguntó la esposa de Cerritos al envalentonado agente.
“Es una persecución por lo que no necesitamos mostrar papeles, lea las leyes señora”, respondió el oficial de la FNA.
Una vez dicho eso, los agentes comenzaron su búsqueda y en ese propósito uno no de los agentes se dirigió al patio, donde ni los árboles se salvaron del registro.
El otro agente se quedó dentro de la casa y comenzó a registrar los cuartos, a levantar colchones y registrar hasta las gavetas.
Al ver la acción de los abusivos agentes la esposa de Cerritos comenzó a marcar el número de su esposo. Intentaba notificarle lo que estaba sucediendo.
Pero no había marcado el último número del celular de su esposo cuando el mismo oficial que antes la había increpado, le advirtió.
“Suelte ese celular, sino la voy arrestar por obstruir la ley” le respondió este altanero oficial.
Mientras todo esto sucedía, los vecinos de Cerritos, incluyendo la familia de un pastor de la Iglesia donde asiste esta familia, llamó a Ramón. Le informaron lo que sucedía con su familia y éste dejó lo que estaba haciendo y regresó a casa.
Cerritos, vivos para contarlo
Los agentes anti extorsión siguieron con su registro y durante ese tiempo tuvieron varios incidentes con los niños. En un momento a uno de ellos le colocaron un arma en su cabeza en señal de amenaza.
Finalmente, los agentes de la FNA abandonaron la residencia de los Cerritos como si nada había pasado.
“Buscábamos armas, solo andábamos descartando”, dijo el oficial en un tono de justificación.
Afuera de la Residencia de los Cerritos los esperaban dos vehículos llenos de agentes, eran unos 10, aproximadamente. Ellos se fueron tranquilos.
Pero la familia Cerritos aun no supera el trauma experimentado en estos 20 minutos.
Afortunadamente, quedaron vivos para contarlo.
