MÉXICO. Este día se reportó un repudiable hecho, cuando un grupo de policías mexicanos atentaron en contra de la vida de migrantes hondureños y salvadoreños en la colonia San Miguel de Saltillo.
Según testigos en la escena, los migrantes estaban a la espera del tren para poder abordarlo, pero en ese momento, policías dispararon, sin importar que hubieran niños presentes.
La unión la conformaban cuatro mujeres, dos hombres y seis niños.
De manera que relataron que los policías vestían trajes negros que normalmente usan equipos del Grupo de Reacción Sureste de la Policía Municipal.
Es por ello que la Casa del Migrante en Saltillo denunció el asesinato de un migrante de nacionalidad salvadoreña, que a criterio de los que presenciaron el hecho, intentaba darle protección a su hija de ocho años.
Al cometer el incidente, los mismos policías levantaron cercos alrededor del cuerpo del migrante.
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Familia de inmigrantes hondureños relata que estuvo secuestrada
Trece días estuvo secuestrada una familia de inmigrantes hondureños en el estado de Oaxaca, y lo que vivieron en esos días fue relatado por Madián Heriberto Vela al periódico Excelsior en ese país.
Con fe en Dios y la esperanza de que él los protegiera, el catracho, su esposa y sus hijos soportaron ese tiempo privados de su libertad. «Oramos unas cinco veces al día o más y cantábamos himnos», revela él, quien ya fue liberado junto a su familia.
En su narración, Vela expone que durante un mes estuvieron residiendo en Tuxtla Gutiérrez, en el estado de Chiapas, pero decidieron avanzar con el sueño de llegar a la frontera con Estados Unidos.
Por lo tanto, durante su travesía quisieron evitar una garita de migración, «entonces nos metimos a un monte y ahí nos detuvieron. Nosotros pensamos al principio que era un asalto nada más, pero resultó que no, nos retuvieron con amenazas», explicó.
