Honduras. El 25% de las mujeres detenidas, que están ligadas a maras y pandillas, son obligadas delinquir, mientras el 75% restante actúa por cuenta propia, forzadas situaciones económicas adversas.
Así lo aseguró recientemente Jester Fernández, portavoz de la la Dirección Policial Anti Maras Pandillas y Crimen Organizado (Dipamco).
Algunas organizaciones señalan que la voluntad de pertenecer a esas estructuras criminales obedece a la falta de oportunidades laborales derivadas de una desestructuración familiar.
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Implementación efectiva de la justicia
Según Natalia Roque, secretaria de Derechos Humanos, las féminas deben tener una efectiva implementación de justicia y someterse a procesos de reinserción, para evitar volver a caer en las redes delincuenciales.
«Muchas de las mujeres que están en prisión aún no tienen una sentencia cuando ya ha expirado el proceso de prisión preventiva. Las personas, al salir de la cárcel, al no tener alternativas, vuelven a caer en estas mismas redes», dijo.
En ese sentido, Doris García, ministra de la Mujer, aseguró que desde el Gobierno deben fomentar el empoderamiento de la mujer y encontrar medidas para generar oportunidades de empleo.
Además, se deben fomentar alternativas que mejoren las condiciones familiares para evitar que vean como una opción formar parte de una estructura criminal.
«Si tenemos empleo, tenemos ingresos, y si tenemos ingresos definitivamente vamos a mejorar las condiciones de las familias», aseveró.
Entre 2021 y 20222, la cifra de mujeres pertenecientes a maras y pandillas ronda las dos mil féminas, según autoridades de seguridad, y son utilizadas como informantes de las pandillas.
Situación de la mujer en Honduras
Hasta 2019, las mujeres representaban 51.5% de la población total del país (53.5% de la población urbana y 49.8% de la rural). De estas, 1.7 millones tienen entre 15 y 49 años, significando un gran desafío en materia de salud sexual y reproductiva.
Según el Programa de las Naciones Unidas (PNUD), el liderazgo de las mujeres es fundamental para el desarrollo de la política, la educación, la salud, la economía y la justicia, y su rol activo es crucial para prevenir la violencia.
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