Redacción. La planta de generación de energía Brassavola estaría utilizando petróleo contaminado al no seguir las instrucciones del proveedor y buscar «el camino barato» para la producción de megavatios que alivien la necesidad energética del país, según declaraciones de Steven Johnson, propietario de la compañía estadounidense SJ Turbine Inc.
Durante el mandato del expresidente Manuel Zelaya, el gobierno de Honduras comenzó la contratación directa de servicios de energía, debido a la declaratoria de emergencia en el sector energético.
Bajo el contrato 013-2008, las autoridades gubernamentales adquirieron los servicios de la Comercializadora de Electricidad Centroamericana (CECHSA). El documento establecía que en 2010 debía entrar en operación comercial, lo cual no ocurrió.
No obstante, la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) decidió restablecer lazos con Brassavola, a pesar del incumplimiento en el pasado y la recomendación del Tribunal Superior de Cuentas (TSC). La institución señaló que el contrato de 2008 para la adquisición de 150 MW a base de carbón no era adecuado para los intereses nacionales.
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Principales diferencias
En el contrato original de CECHSA de 2008, la empresa debía generar energía con búnker y luego a base de carbón, mientras que en el contrato con Brassavola la generación será con diésel y luego con gas natural.
En el contrato de 2008, la ubicación sería en Trujillo o Balfate, Colón, mientras que ahora se ubica en Villanueva, Cortés. Durante el 2009, la capacidad instalada sería de 150 MW, y ahora la capacidad ha cambiado a 240 MW.
El 2 de abril del presente año, la ENEE anunció la entrada en operación de la Central Termoeléctrica Brassavola, ubicada en el municipio de Villanueva, Cortés. Según la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), esta productora de energía fósil no cuenta con los permisos de operación de la Alcaldía.
Asimismo, la Secretaría de Recursos Naturales no tiene documentos que validen los permisos ambientales de esta planta generadora.
Impacto del uso del diésel
De acuerdo con la adenda para la contratación de Brassavola, propiedad de CECHSA, esta compañía debía comenzar a implementar gas natural a partir del 1 de noviembre. Sin embargo, continúa operando con diésel.
Según Steven Johnson, propietario de la compañía estadounidense SJ Turbine Inc., Brassavola cuenta con seis turbinas, las cuales necesitan 120 litros de diésel por minuto para producir energía. Además, el experto en esta maquinaria reveló a Diario Tiempo que Brassavola está operando con gas contaminado.
«Esas turbinas funcionan con gas allá (en Noruega), pero están trabajando con gas oil (diésel) contaminado aquí en Brassavola. Nosotros tenemos dos contratos con ellos, uno para instalar las turbinas, y esa gente de la administración argentina no nos escucha», afirmó.
De igual manera, Johnson explicó que los dueños de Brassavola están utilizando el camino más barato.
«Los tanques de diésel están hechos de hierro y carbón. Esos tanques necesitan acero inoxidable, fibra de vidrio o plástico. Si esa planta está a carga completa, a 180 MW, consume 300,000 galones por día», destacó.
De acuerdo con Johnson, la planta Brassavola estaría usando 1.1 millones de litros de diésel para producir 180 MW. El experto añadió que la suma total de gasto al usar este tipo de combustible podría superar el millón de dólares diarios.
«Generar con diésel cuesta casi el doble que generar con búnker. Con un 10% de despacho, el costo podría alcanzar los $0.55/kWh. La facturación con diésel es superior a 4,987,861,290.20», menciona el texto de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ).
Baja producción
La adenda de Brassavola señala además que esta compañía garantizaría 240 MW, cifra que cambió, debido a que en 2008 se establecieron 150 MW de capacidad instalada. Por su parte, Johnson explicó que esta planta solo produce entre 50 y 60 MW debido a la falta de piezas y mantenimiento.
El experto en esta maquinaria manifestó que las turbinas solo se habían utilizado durante 400 horas antes de su llegada a Honduras. Además, incluyeron una lista de repuestos que los operadores deben tener ante cualquier inconveniente.
«Esos repuestos a veces demoran cuatro o seis meses para conseguirlos aquí en los Estados Unidos, imagínate en Honduras, no hay ninguno», aseguró a Diario Tiempo.
De igual manera, Johnson explicó que en 2023 se descargó este equipo en Puerto Cortés. Sin embargo, el lugar de almacenaje no fue el adecuado. Como resultado, cuando llegó la planta 10 meses después, la generadora eléctrica estaba llena de agua.
«Ahora he escuchado que el generador tiene alta filtración. Yo creo que la unidad uno no está funcionando; no arranca», comentó.
Millonaria deuda
Johnson reveló que Brassavola tiene una deuda que asciende a 1.4 millones de dólares más intereses, y comentó que tiene un total de $200,000 en repuestos en Estados Unidos que pertenecen a esta compañía.
«Ellos me deben casi 1.8 millones de dólares y yo tengo 200,000 dólares en filtros y sellos en mi bodega», puntualizó.
De acuerdo con Johnson, es de suma importancia que los dueños de Brassavola cambien los filtros que tienen las maquinarias.
«Todos esos filtros de aceite vienen de Noruega con eso, y todos los filtros de aire de la primera y segunda etapa se instalaron en Noruega. Un mes en el mar, mientras se transportaba desde Noruega, esos filtros están contaminados», indicó.
Juan Carlos Rodríguez, presidente de la Coalición Patriótica, comentó a Diario Tiempo que la energía producida con diésel es la más cara del mercado.
«Toda planta de diésel para producción de energía nos va a producir energía más cara que las renovables. Eso es lo que nos ha provocado un incremento en las tarifas los últimos trimestres. De hecho, no ha habido cambio en las tarifas porque el gobierno ha subsidiado esas tarifas», explicó.
Del mismo modo, el experto aseguró que las autoridades están «favoreciendo de una forma extraña» el proyecto de Brassavola. Además, explicó que las plantas en las que producen energía son usadas, por lo que pueden llegar a gastar más diésel. En este sentido, Rodríguez detalló que el cambio de carbón a gas natural surgió por el cambio de dueño de la generadora de energía.
«Se debería de estar produciendo con gas natural desde octubre de este año. Pero, ni siquiera la adenda está aprobada y si eso se aprobara, la estación de gas natural no existe todavía. A penas van a comenzar a construirla. Luego, hay que ver el asunto, porque una vez se tengan las instalaciones, que duran al menos dos años, hay que ver dónde la construyen y cómo van a proveer», manifestó.
En este sentido, el experto detalló que ante el panorama no puede haber una mejora en la tarifa para los hondureños.
«Esta situación hace que Brassavola no va a poder generar de otra forma que con diésel todos estos años. Por eso no es correcto decir que esa adenda de Brassavola le va a generar rebajas en las tarifas actuales porque sencillamente, no están en la condición de poder vender una tarifa menor», afirmó.
¿Podrá sobrevivir la generación de Brassavola?
De acuerdo con el experto, la planta de generación de Brassavola no durará mucho tiempo. Por lo tanto, no podrá cumplir con la energía prometida a Honduras.
Además, Johnson destacó que la operación de esta generadora de energía tendría consecuencias ambientales negativas, lo que agravaría la calidad del aire en la zona norte del país. Según la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), 47 camiones deben movilizarse desde Puerto Cortés hasta Villanueva para el funcionamiento de Brassavola.
El ministro de Energía, Erick Tejada, comentó a Diario Tiempo que la situación en Brassavola surge por un conflicto de la compañía que la instaló. Del mismo modo, el funcionario explicó que la ENEE no tiene conocimiento sobre si se usa petróleo contaminado, como se ha planteado.
«La ENEE con quien tiene relación es con la empresa que ya está supliendo energía», afirmó.
Del mismo modo, Tejada destacó que Brassavola no está siendo despachada, pues no está en una situación crítica en este momento.
La planta de generación Brassavola enfrenta múltiples problemas técnicos, financieros y ambientales, que comprometen su eficiencia y sostenibilidad. El incumplimiento de contratos, el uso de combustibles contaminantes y la deuda acumulada dificultan su operatividad, lo que podría afectar negativamente la provisión de energía y la calidad ambiental en Honduras.