SAN PEDRO SULA.- Esther Lynn, una amante de los animales, estuvo a punto de perder a su «hija de cuatro patas» en un vuelo pesadilla de Avianca que salió de Honduras.
Pesadilla pero para su querida perrita Gala, de 11 años de edad.
«Consejo desde lo más profundo de mi corazón: No viajen con Avianca. ¡NO LES CONFÍEN A SUS HIJOS DE 4 PATAS».
«Viajar con tu mascota es caro. Es caro porque la línea aérea debe dar un tratamiento especial», escribió.
Así de claro lo dejó Esther Lynn.
Y es que personas como Lynn se encariñan de verdad con sus mascotas. En ese sentido, perderlas sería trágico y así lo explica ella misma.
«Tal vez con lo que les cuento se ahorren la historia de miedo que viví con Avianca», escribió.
«Se las cuento porque para los que tenemos mascotas y las amamos sabemos que perderlas por este tipo de irresponsabilidades sería muy triste».
Gala, la perrita de Esther Lynn estuvo a punto de morir deshidratada. Según Lynn, Gala presentó un cuadro de deshidratación clínica.
«Para quienes tienen perritos saben que un caso de deshidratación es el peor cuadro que se puede presentar en un canino», explicó Lynn.
Además, aseguró que Gala estuvo a punto de sufrir un paro renal causado por la deshidratación severa.
Escribe Esther Lynn que le causaron «a mi gordita un sufrimiento innecesario por el mal servicio y manejo».
También afirma que Avianca no se hizo cargo por los gastos médicos que necesitó su amada perrita.
También le pierden y saquean las maletas
La odisea no terminó allí.
Resulta que Avianca también le extravió una maleta a Esther Lynn por varios días. Además, le saquearon otra.
«Y encima me extravían una maleta. Me la mandan a Guatemala (Ciudad que NO estaba en mi itinerario) con productos perecederos. La cual me la mandaron a mi país de residencia ¡Tres días después», denuncia Esther Lynn.
«A esto súmenle que mi otra maleta me la entregan TOTALMENTE SAQUEADA. Ni pijama me dejaron para dormir… ropa, carteras y zapatos desaparecieron», agregó.
Lynn finaliza explicando que hasta el momento solo ha recibido un correo de la empresa. De dos personas que manejan su caso y que, según ella, no saben nada al respecto.
«Todo lo que pasé fueron una serie de daños y perjuicios provocados a mi persona, a mi mascota y que me parece inaudito que una compañía de su calibre no pueda manejar con sensatez», concluyó.
