Redacción. La multinacional Pepsi llegó a convertirse en la virtual séptima potencia militar del mundo para abrirse mercado en Rusia. Ocurrió a finales de los años 50 después de la Segunda Guerra Mundial, en medio de las tensiones entre Estados Unidos y la entonces Unión Soviética (URSS), durante la llamada Guerra Fría.
Relatos de la época hablan de un encuentro entre el entonces líder soviético Nikita Khrushchev y un joven ejecutivo de Pepsi, que propició que el famoso refresco se convirtiera en el primer producto occidental comercializado en la Rusia soviética. Más tarde, bajo ese acuerdo comercial, la compañía estadounidense terminó convirtiéndose en una robusta presencia naval.
Según los registros históricos, tanto Estados Unidos como la URSS buscaban reducir los niveles de hostilidad. En este contexto, coincidieron en exhibir lo mejor de cada país en la Exposición Nacional Americana en Moscú, en julio de 1959. Fue en ese evento cuando Donald M. Kendall, un joven ejecutivo de Pepsi, notó que el presidente soviético sudaba copiosamente.
Kendall tomó uno de sus refrescos y se lo ofreció a Khrushchev, quien no dudó en beberlo. Este gesto dio origen a una foto histórica, que se convirtió en una gran publicidad gratuita para la compañía en un país donde la propaganda capitalista estaba prohibida.
