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domingo, mayo 5, 2024

Pastoral Social Cáritas Honduras hace fuerte llamado a la clase política

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TEGUCIGALPA.-La Pastoral social Cáritas Arquidiocesana de la iglesia católica deja la interrogante si en Honduras se perdió la capacidad de escuchar y dialogar, debido al desinterés de la élite política del país para escuchar a los diferentes sectores de la sociedad en vista de los últimos acontecimientos suscitados.

Lo anterior, Cáritas lo cuestionó en su última emisión publicada el pasado 6 de agosto del presente año. Cuestionó si el país está regresando a la época de las montoneras, solo que ahora se escuchan en la radio, se ven en la televisión, los periódicos y otros medios electrónicos, con insultos, descalificación del adversario, discursos vacíos, llenos de falsedades y de engaños.

La reflexión indica que es sorprendente que los políticos hondureños sigan pensando que la población continua sumisa y desinformada en todos los temas sociales de país, cuestión que es ahora una falacia.

La pastoral advirtió que no es posible propiciar la anarquía en la sociedad, peor sembrar el odio y el miedo entre el pueblo: “¿cómo interpretar esa cadena de mociones y contra mociones en el Congreso Nacional?, ¿estarán orientadas a revolver el río o será que la estrategia consiste en establecer el máximo nivel de confusión, de tal manera que luego cualquier solución sea aceptada por cansancio o desesperación?”.

El escrito dice que la sociedad está marcada por el resentimiento y que lograr acuerdos entre los hondureños es casi imposible. Pareciera que se quiere organizar a la sociedad a partir del caos social, que se auto organiza a partir de patrones de odio social, en todas sus manifestaciones, lamenta el escrito.

Entre líneas, se agrega que se le tiene que devolver al pueblo la confianza en sus instituciones, en las personas; romper el miedo no solo físico sino psicológico o moral ante el daño que puede hacer el otro.

Finaliza que el conflicto universitario y los últimos “enredos” políticos están llevando al país a un mayor descrédito de las instituciones, de la clase política,   aumentando la frustración de la población. Las crisis se vuelven crónicas y muchos están aprovechando para apostar por el caos, por la confusión que conduzca al fracaso como sociedad democrática.

Reflexión completa de la Pastoral Social Cáritas:

¿Será el caos el futuro de Honduras? ¡Quien hace el mal, odia la luz! ¡Quien hace el mal, odia la paz! (Papa Francisco).

Los procesos de cambio que ha vivido nuestro país en décadas pasadas, algunos turbulentos, traumáticos y devastadores han sido precedidos por un conjunto de señales sociales que no solo alertaron los mismos, sino que presagiaron lo que habría de ocurrir, sin que nuestra clase política tuviera la capacidad de hacer esa lectura previa.

Hoy en día la mayoría de los hondureños y hondureñas vivimos un tiempo de confusión: ¿Cuál será el futuro de nuestro país?, realmente estamos poniendo los cimientos de algo nuevo o más bien estamos regresando a la época de las montoneras, solo que ahora las realizamos, por la televisión, la radio, los periódicos y otros medios electrónicos, con insultos, descalificación del adversario, discursos vacíos, llenos de falsedades y de engaños.

Es sorprendente que los conductores políticos del país siguen pensando que la población cree todo lo que dicen y calla todo lo saben, no hay mayor equivocación, decían nuestros antepasados, que la del tuerto que no quiere ver.

Parece que los supuestos dirigentes del país han perdido la capacidad de escuchar las distintas voces de la sociedad, de ver todos los signos que indican que el camino que la ciudadanía busca es totalmente distinto al que ellos le están proponiendo.

También es improcedente propiciar la anarquía en la sociedad, sembrar el odio y el miedo entre el pueblo.- esto es una práctica común en varias instituciones del Estado, ¿cómo interpretar esa cadena de mociones y contra mociones en el Congreso Nacional?, ¿estarán orientadas a revolver el río, “en río revuelto ganancia de pescadores”, o será que la estrategia consiste establecer el máximo solución de confusión, de tal manera que luego cualquier solución sea aceptada por cansancio o desesperación?

Una sociedad que quiere afianzar su democrática debe permitir a cada uno de sus miembros la posibilidad de disentir y de aceptar posturas distintas de otras personas, aún en temas sensibles, controversiales y trascendentes, sustituir la acción directa por el diálogo; el enfrentamiento por el debate, la fuerza por la diplomacia y por último, el descrédito por la política hasta llegar al consenso franco, transparente, inclusivo y solidario, que nos permita con tolerancia negociar nuestro espacio vital con el otro.

Sin embargo nuestra sociedad está marcada por el resentimiento, lograr acuerdos hondureños es casi imposibles, se quiere una sociedad de vencedores y vencidos, no se reconoce ninguna cualidad, ni ningún bien en el otro, lo único bien válido es su aniquilamiento, para eso es preciso, vencerlo, humillarlo, someterlo.- Este es un patrón de conducta, donde lo único que merece el adversario es una profunda antipatía, aversión, enemistad o repulsión, así como el deseo de destruir aquello que se odia. Lamentablemente es una cultura del aniquilamiento y la destrucción.

Pareciera que queremos organizar la sociedad a partir del caos social, que se auto organiza a partir de patrones de odio social, en todas sus manifestaciones “El odio existe; el odio no respeta nada; el odio juzga sin escuchar; el odio no atiende a razones” El rencor que genera esa constante campaña de odio se dispersa fácilmente entre la población a paso redoblado, utilizando como alimento de ese rencor, la miseria, la pobreza, el analfabetismo permanentes en el país.

Tenemos que devolverle al pueblo la confianza en sus instituciones, en las personas y esto pasa por la transparencia de las mismas; romper el miedo no solo físico sino psicológico o moral ante el daño que puede hacer el otro. Pareciera que los dirigentes políticos con sus últimas acciones y propuestas insultantes están empecinados en enredar el país, se olvidaron que tienen que buscar el bien de la comunidad, y que hacer el bien es su principal tarea.

El conflicto universitario es un ejemplo concreto de la apuesta por el caos que tienen muchos sectores incluidos los políticos, quienes  vieron con ojos de suprema alegría y como una “gran oportunidad” este conflicto, tratando de impulsar agendas y satisfacer interese personales y políticos partidarios, desconociendo  los avances y la ruta hacia el futuro propuesta por las autoridades universitarias.

Muchos apostaron por convertir el movimiento estudiantil y el conflicto universitario en el germen para impulsar una mayor conflictividad social que les permitiera en el futuro cercano llegar o mantenerse en el poder a cualquier precio, o “asaltarlo” a través de la ley del más fuerte, y presentar esa agresión como un trofeo o un botín de guerra logrado a través de  acuerdos,  pactos u alianzas ocultas  establecidos por los que hasta hace poco eran enemigos irreconciliables.

El conflicto universitario y los últimos “enredos” políticos nos están llevando aceleradamente a un mayor descrédito de las instituciones, de la clase política,   aumentando la frustración de la población. Las crisis se vuelven crónicas y muchos están aprovechando para apostar por el caos, por la confusión que conduzca al fracaso como sociedad democrática.

“Todo reino dividido por luchas internas va a la ruina, y se derrumba casa por casa”. (Lucas 11,17)

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Reflexión Comunitaria:

  • ¿Se puede hacer política sembrando sentimientos extremos como el odio y la intolerancia, apostando por el caos, la anarquía, el colapso institucional y la desconfianza institucional y personal?

La Pastoral Social Cáritas de Honduras es un departamento de la Conferencia Episcopal para fomentar la vivencia de la caridad según los criterios del Evangelio y los principios de la enseñanza Social de la Iglesia.

Además, acompaña a hombres y mujeres en la transformación de las realidades de exclusión e desigualdad que existe en nuestros países, para construir juntos, comunidades y  sociedades  justas, fraternas y solidarias en armonía con la creación, signo del Reino de Dios.

PARA SABER

El cardenal Óscar Andrés Rodríguez, dejó en mayo de 2015 la presidencia de la organización católica Cáritas Internacional, donde cumplió dos periodos administrándola.

“El jueves 14 de mayo se harán las elecciones para elegir a un nuevo presidente de Cáritas y el cardenal termina su misión donde ha hecho mucho bien, pero esta semana concluye”, indicó en ese entonces el religioso en su programa “La Liturgia Hoy” de la radio Católica.

Durante una rueda de prensa en España, el prelado hondureño, declaró que esta semana concluyó su segundo y último mandato de cuatro años al frente de Cáritas Internacional y que se quedó “con la alegría enorme de ver como la caridad dentro de la Iglesia es floreciente”.

Rodríguez afirmó que esa organización de la Iglesia “no es una ONG, sino la caricia del amor cristiano para aquel que sufre, para el excluido”, destacando que la entidad trabaja para paliar las consecuencias que sufren las personas que se ven inmersas en situaciones de emergencia, catástrofes naturales o provocadas por el hombre. (YB)

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