Redacción. La violencia que impera en el país deja enlutadas a cientos de familias día con día, pero también marca vidas que cambian para siempre con los daños colaterales que los hechos violentos dejan.
Cesar Tercero es un joven residente en el municipio de Juticalpa, Olancho quien el pasado 14 de febrero del presente 2025 salió de su casa rumbo a la barbería sin imaginarse que en su recorrido al establecimiento se desataría una masacre que dejó cuatro muertes.
Para su mala fortuna, varias de las balas disparadas por los sicarios motorizados lo alcanzaron sin tener nada que ver en el hecho violento.

Tercero fue trasladado de emergencia al hospital con un pronóstico nada alentador, pero sobrevivió. Lastimosamente, las secuelas lo han dejado en postrado en una silla, con un clavo ortopédico en su brazo y una sonda que le dificulta su movilidad.
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“Es difícil, nunca pensé que esto me iba a pasar a mí. Con la fe en Dios y poniendo de mi parte, hay posibilidades de que vuelva a caminar», dijo Cesar a Noticieros Hoy Mismo.
El joven agregó que no recuerda lo que pasó, pues a raíz de los impactos de bala cayó desmayado.
“En el hospital público no me daban esperanzas y me llevaron a un privado y de ahí me trasladaron al hospital Escuela. La vida me cambio, el no poder caminar es duro”, lamentó.
La madre del joven, también externó entre lágrimas que su vida, al igual que la de su hijo, cambio en un segundo, pero agradeció por la vida de Cesar.

Crisis económica
Ahora la familia, del joven, enfrenta una crisis económica, pues Cesar trabajaba para ayudar a sus padres en los gastos del hogar.
César es una víctima inocente de la violencia que hoy enfrenta secuelas físicas y emocionales. Su familia pide apoyo para ayudarlo a salir adelante. Si desea colaborar, puede comunicarse al 9980-4575.