Redacción. Transportistas de la ruta de buses Tegucigalpa-Amatillo anunciaron la paralización del servicio durante este jueves 29 de agosto tras que uno de sus conductores muriera por un atentado.
El transportista Jorge Reyes fue abatido a balazos por desconocidos el pasado 23 de agosto en el sector de Río Chiquito, en Pespire, Choluteca. Al hombre lo atacaron mientras se dirigía hacia la frontera, según medios locales.
Producto de este suceso, los amigos y colegas tomaron la decisión de paralizar sus unidades. Los conductores argumentan que ya no pueden trabajar sabiendo que en cualquier momento los pueden ultimar.
Los transportistas asumen que a su compañero lo acribillaron por culpa del cobro de extorsión.
«Impuesto de guerra»
Los operarios temen salir en sus unidades y sufrir algún tipo de atentado por parte de las estructuras criminales que les cobran el «impuesto de guerra».
Ante la paralización de los buses de Tegucigalpa-Amatillo, varias personas se han quedado sin poder viajar. En cambio, otros se han visto en la necesidad de buscar otras rutas para llegar a su destino.
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Por su parte, los dirigentes de transporte han anunciado en diferentes oportunidades que las sumas de dinero por concepto de extorsión superan sus capacidades económicas. Incluso, señalaron que son demasiados los grupos criminales los que llegan a cobrarles el «impuesto».
Por otra parte, los transportistas señalaron que temen por sus vidas, ya que no se sienten a salvo si no realizan el pago de extorsión.
Por lo tanto, los trabajadores del transporte claman a las autoridades su intervención, pues aseguran estar en zozobra ante la ola extorsiva que «no se detiene, sino que aumenta cada vez más».
Por el momento, se desconoce si los propietarios de esta ruta de transporte interpusieron la denuncia ante las autoridades policiales, para que así se proceda con operativos en esa zona.