Redacción. Varios países de América Latina experimentan una ola de calor que ha desencadenado graves incendios forestales, amenazando la salud de las comunidades y afectando los ecosistemas.
La problemática de la ola de calor se agrava desde Argentina hasta Colombia, con la presencia de incendios. Incluso, en capitales como Bogotá se han intensificado los impactos devastadores del fenómeno de El Niño.
El oficial en Gestión del Recurso Hídrico del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), Jairo Guerrero, explicó que la ola de calor se debe principalmente al fenómeno de El Niño, caracterizado por un aumento de las temperaturas en el océano Pacífico, agravado por el cambio climático.
Mientras que la meteoróloga Bárbara Tapia Cortés de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) señala que la estación estival en Sudamérica, junto con El Niño, presente desde mayo de 2023, contribuyen a eventos extremos de altas temperaturas.
Consecuencias de la ola de calor
Las altas temperaturas y condiciones meteorológicas propicias favorecen la proliferación de incendios forestales, llevando a Colombia a declarar desastres naturales y solicitar ayuda internacional.
Mientras que en Chile, se están registrando altas temperaturas como nunca se ha visto, en Argentina emiten alertas por temperaturas extremas en ocho provincias.
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Brasil, Río de Janeiro, experimenta temperaturas superiores a los 42 grados °C, y Ecuador prevé altas temperaturas hasta febrero.
Las consecuencias de esta ola de calor son alarmantes. Colombia declara emergencia debido a la degradación de la calidad del aire y busca asistencia internacional. Se espera que el fenómeno de El Niño persista al menos hasta abril.
De hecho, existe un 60% de probabilidad de que este evento climático se prolongue hasta la temporada que abarca los meses de abril a junio de 2024.
¿Cuál es la relación entre el cambio climático y las olas de calor extremas?
El cambio climático y las olas de calor extremas están estrechamente relacionados. El aumento de las temperaturas globales debido al cambio climático, causado principalmente por la emisión de gases de efecto invernadero, ha incrementado la frecuencia e intensidad de las olas de calor.
Estos eventos extremos son un ejemplo de cómo el cambio climático puede alterar los patrones climáticos, que resultarán en temperaturas más altas y períodos de calor más prolongados y severos. Las olas de calor son, por tanto, tanto un síntoma como una consecuencia del cambio en curso.