Redacción. Jens Stoltenberg, anunció hoy que la OTAN enviará 700 soldados más a Kosovo para sumarse a la misión conocida como KFOR.
Con el nuevo despliegue la OTAN sumaría más de 400 uniformados en la zona. La decisión se ha conocido después de que se les pidiera a las partes contención en el uso de la violencia para evitar más tensión en la frontera con Serbia.
El anuncio se produce después de que treinta militares aliados resultaran heridos tras intervenir una violenta protesta de los serbios del norte de Kosovo.
Ya que los serbios se niegan a aceptar la autoridad de los nuevos alcaldes de cuatro municipios donde son mayoría.
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Stoltenberg, declaró ante la prensa internacional, «hemos decidido desplegar 700 soldados más de las Fuerzas de Reserva Operativa para los Balcanes Occidentales”. Agregó, que también se ha puesto otro batallón de fuerzas de reserva en alerta “de modo que puedan ser desplegadas si es necesario”.
«La violencia no ayuda»
«La violencia hace retroceder a Kosovo y a toda la región, y pone en riesgo las aspiraciones euroatlánticas”, dijo el Stoltenberg durante la conferencia de prensa.
Serbia, en “máxima alerta”
El viernes pasado, serbios, se negaron a reconocer la declaración de independencia kosovar de Serbia promulgada en 2008. Además, intentaron evitar que funcionarios de etnia albanesa, elegidos recientemente, ingresaran a los edificios municipales. Por su parte la policía lanzó gas lacrimógeno para dispersar a la multitud y permitir que los nuevos funcionarios llegaran a sus oficinas.
Inmediatamente, Serbia envió tropas a la frontera con Kosovo y su presidente, Aleksandar Vučić, pasó la noche del reciente lunes allí bajo «el nivel de alerta máxima».
Por otra parte, las escuelas de las zonas de Kosovo, pobladas por serbios, cerraron el lunes, dijo la exalcaldesa serbia de Zvecan, Dragisa Milovic, en una transmisión en directo.