Tegucigalpa.- Las calles de la capital y de otras ciudades del país se convertirán desde hoy en el escenario en el que parte de la oposición política planea actuar para frenar la reelección presidencial, una polémica figura que sorteó ya el obstáculo en la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y que camina hacia el Congreso Nacional.
Las marchas inician a las cuatro de la tarde y tienen tres puntos de partida: Una de ellas sale de la sede del Partido Liberal en la colonia Miramontes; otra más parte del semáforo en la intersección de las tiendas Diunsa, en el bulevar Centroamérica y la tercera, vinculada a las tres corrientes de LIBRE, arranca del costado de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN).
Mañana por la tarde será en San Pedro Sula, a partir del Monumento de la Madre, desde la 4:OO P.M: pero esta marcha es convocada por el grupo 300 con Dignidad, grupos sociales y líderes de los partidos políticos.
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El Partido Liberal de Honduras, el Partido Anticorrupción (PAC), así como tres corrientes del Partido Libertad y Refundación (LIBRE) de las nueve que conforman este instituto político, han llamado a sus parciales a movilizarse a partir de las cuatro de la tarde de hoy desde distintos puntos de Tegucigalpa.
Las corrientes mayoritarias de LIBRE han anunciado que atenderán la recomendación del coordinador general, Manuel Zelaya Rosales en el sentido de no asistir a la caminata por considerar que “es una trampa del Partido Nacional que está utilizando a sus aliados de la cúpula del Partido Liberal para dividir a LIBRE”.
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“Ustedes los del Partido Liberal que dicen que van a ir a marchar contra la reelección, lo que van a hacer es marchar para para fortalecer a Juan Orlando (Hernández)… Si quisiera detener a Juan Orlando deberían ordenar a los magistrados que tienen en la Corte, que anulen el fallo de la reelección. Deberían decirles a los diputados liberales que voten en contra de la reglamentación. Deberían decirle a los miembros de Tribunal Supremo Electoral que poseen, que frenen la inscripción de la candidatura del Presidente”, decía Zelaya.
Pero los dardos de Zelaya no frenaban a los liberales, al grado que anoche, el presidente del Consejo Central Ejecutivo del Partido Liberal (CCEPL), Mauricio Villeda hacia los últimos llamados de la noche diciendo que había que ir a las marchas porque “tenemos que defender la Constitución y el Estado de Derecho en este país”.
“No importa que el presidente (Hernández) tenga control de la Corte Suprema de Justicia, del Congreso Nacional, del Tribunal Superior de Cuentas, del Tribunal Supremo electoral. Si los ciudadanos ya no tiene acceso a las instituciones, que tenga acceso a las calles”, precisaba Villeda muy lejos del discurso de Zelaya.
Zelaya acusa a los liberales de haberle cedido esas instituciones que menciona Villeda al Partido Nacional, pero Villeda y otros líderes de ese partido como Gabriela Núñez responden sosteniendo que el ex mandatario marcha en la dirección reeleccionista de los nacionalistas y/o en el sentido hacia una Asamblea Nacional Constituyente.
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Otro actor de este polémico debate es el presidente del PAC, Salvador Nasralla, que este jueves apareció en las redes sociales en un video junto al candidato presidencial liberal, Enrique Ortez llamando a asistir a las caminatas. “Vamos todos a la marcha, no importa el partido político, esto no es cosa de partidos, es una lucha del bien contra el mal”.
Y del otro lado se encuentra el Partido Nacional, que no detiene su impulso y que esta misma semana anunció la contratación de una firma que auditará el millón 700 mil firmas que dicen haber recolectado en apoyo a la reelección y que presentarán en el Congreso Nacional como respaldo de una iniciativa ciudadana que busca que el Legislativo reglamente el fallo que emitió la Corte.
Así el panorama, el movimiento de hoy y lo que en lo sucesivo ocurra, además de ponerle a la oposición el reto de demostrar capacidad de convocatoria, definirá el rumbo que podría tener el camino de la reelección presidencial, un tema que se aparece como un “deja vú”, ese reconocimiento de alguna experiencia que sentimos haber vivido antes, y que igual que ayer hoy divide opiniones, partidos políticos y familias.
