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martes, abril 23, 2024

Opinión de Rodolfo Pastor: Alianza Opositora, rumbo y premonición de un Pacto

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Pacto y Alianza
Rodolfo Pastor Fasquelle.

Por Rodolfo Pastor Fasquelle.-Se habla mucho de otras. Nuestra Alianza de tres partidos y varios movimientos políticos avanza, toma fuerza contra enemigos, se posesiona de la imaginación popular, supera trampas, señuelos, embustes y tentaciones. A su alrededor comienzan a articularse movimientos sociales que tenían miedo de que los cooptara un elemento reaccionario. La gente no se engaña. Cualquier voto que no sea para la alianza opositora es un desperdicio y un apoyo a JOH. La Alianza es interesante por razones que muchos de sus adeptos acaso no perciben. Redefine la política y por lo mismo viabiliza la refundación que antes se percibía como radical.

Supone un trabajo, una gran humildad y una renuncia. (Nadie llega a una alianza empujando gente y exigiendo condiciones.) Hubiera sido bello que se reconociera el triunfo de LIBRE en 2013 pero de repente hubiera costado mas converger desde ahí a construir una nueva institucionalidad y reconstruir un tejido social cohesivo. De repente, hacía falta un JOH.

Para punto de contraste, para que todos entendieran que eso no es lo que queremos. Hacía falta que viniera un jodido y nos pusiera claros sobre el despotismo, que subordina a los poderes del estado, a como da lugar, atropellándolos y corrompiéndolos, que les enseña a los empresarios el peligro de empoderar a quien se vuelve contra ellos impune, destruye, chantajea, extorsiona a cambio de solaparle crimines. Que personifica el control y la manipulación cínica de los medios de comunicación.

¿Hacía falta que el gringo entendiera que aunque le haga todos los favores de una prostituta Honduras no le puede detener al narco, ni contener a la migración que huye de la falta de oportunidad y expectativa?

Hoy La Alianza opositora es la compresión de que, mas allá de LIBRE, tenemos con otros partidos metas comunes y primarias, previas, que ninguno de los componentes o sectores sociales por si solo podría alcanzar. El reconocimiento de que, mas que una mayoría, tenemos que fundar juntos una nación para todos, que a todos nos ofrezca garantías y condiciones de vida dignas. Para eso hay que derrocar al dictador. Y se precisa el apoyo decidido de otros partidos y de las organizaciones representativas que aspiren a participar en la reconstrucción. Organizaciones sociales, patronales y obreras, campesinas y artesanales, académicas y culturales, de mujeres y jóvenes, que pueden contrarrestar, con su capilaridad la estrategia mediatizadora y la mediática alienante.

La conducción de una coordinadora aliada de organizaciones ha de ser un colectivo representativo pero suficientemente compacto, cohesionado y comprometido con su misión, que trace la ruta y que mantenga la mira en la meta. Debe respetar y defender la individualidad y la autonomía de cada una de las organizaciones que la componen, que queremos salvaguar después también.

Por su lado la Alianza de Partidos debe proveer un timonel, definir ya una candidatura, varias, un líder o lidereza que ponga en marcha y ejecute las instrucciones de la ruta. Las candidaturas comunes y únicas deben definirse con instrumentos técnicos y con criterios de lealtad y responsabilidad.

La conjunción de Coordinadora de organizaciones y Alianza de partidos debe comprometerse eficazmente en la movilización contra la dictadura, que empieza frente a la urna, a la que teme JOH puesto que tanta zancadilla pone. Honduras ya ha derrotado en elecciones pasadas a varias dictaduras. Lo hará de nuevo.

Pero, si botar al gobierno fuese su único objetivo, terminada la elección, la Alianza se quedaria sin un proyecto, sin una propia perspectiva, sin orientación clara, a la deriva, ¿bajo un mando individual? Al enrumbarse firmemente para alcanzar el poder y voltear la página, la oposición aliada necesita una visión sucinta de lo que tiene que pasar al día siguiente y al mes, y acaso al año.

Precisa ya definir la suma de propósitos políticos factibles de los aliados. ¿Ahorrar en armas para invertir en letras, educar a la gente en la democracia y la tolerancia? Dejar caer los lastres y madurar. Superar los prejuicios clasistas, las alucinaciones ideológicas, las rabietas radicales infantiles, los protagonismos de falsos profetas que anteponen sus pretendidas purezas a la necesidad de la organización.

Derrotar las ingenuidades, los mitos y cultos a la personalidad, las estupideces consuetudinarias, las zalamerías y egolatrías de caudillos y de caudillitos, los caprichos e imposturas, los narcisismos y los ofusques. Los fantoches, incluso con curriculum, solo deben engañar a sus semejantes.

Rodolfo Pastor: Lucha y unidad

Forjada la unidad en la lucha, escogidos los cuadros, estarán listos para gobernar entonces si, los aliados. Después de la toma de posesión –que alguien entregue a nuestra candidata o candidato la banda– para la transición habremos negociado nuestras diferencias en el respeto y el orden y podremos hacerlo con la oposición leal en el poder.

Tendremos que corregir las estructuras del subdesarrollo, sin que nadie pretenda ir ahí a imponer una sola visión ideológica, un pensamiento único, un interés sectorial. Sabemos que necesitamos reformar el agro y respetar los derechos, garantizar la integridad del medio ambiente y establecer –con política económica centrada– las bases de la relación entre los factores de la producción.

Un país diverso y complejo

Solo un país conciliado y satisfecho de gobernarse en forma justa podrá rescatar un lugar digno en la comunidad de las naciones, reivindicar la autoridad moral para juzgar a otros, trazarse una ruta propia de amistades y alianzas.

En su escala, Honduras es un país diverso y complejo. Y eso también nos exige especial respeto entre nosotros para alcanzar una estabilidad. También una institucionalidad que permitan el desarrollo compartido que es la paz. Lo más importante, casi lo entiende JOH, es restaurar la paz y la tranquilidad. Solo que ESO no se consigue con retórica belicista, gesticulaciones atávicas y poder de fuego de un aparato represivo y abusivo. ¿En una oración?.

Las verdaderas paz y tranquilidad se alcanzan con la prosperidad que se cosecha en base al trabajo creativo y óptimo aprovechamiento del recurso, con el buen gobierno responsable, con estabilidad, los equilibrios y la legitimidad construidas sobre el cimiento de una justicia democrática, respetuosa de los derechos individuales y colectivos. Esa paz no se impone.

Es un estadio de convivencia harmónica, de respeto mutuo y obediencia universal de una ley clemente y consensuada. Y ese alcance de la Alianza será ya una premonición del nuevo Pacto para la Convivencia y la Vida Buena que fundará un país para mil años. O trecientos pues.

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