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miércoles, abril 24, 2024

Opinión de SOMOS MUCHAS: Derechos sexuales y reproductivos no son reconocidos en Honduras

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Múltiples organizaciones y mujeres activistas por los derechos humanos asistieron la convocatoria de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para brindar información sobre las violaciones que el Estado ejerce en contra de las personas en todo el país.

Las mujeres, las adolescentes y las niñas enfrentan riesgos para su salud y su vida por las necesidades insatisfechas, el limitado o nulo acceso a la información y la violencia que se vive en el ámbito público y privado.

Esta visita de la CIDH denominada “in loco” o local se llevo a cabo para registrar evidencia y testimonio sobre violaciones a derechos humanos. El 30 de Julio, las organizaciones y mujeres defensoras presentaron evidencia que refleja el incremento de la violencia femicida, más 4,000 muerte violenta de mujeres desde 2010; así como la precariedad que existe en la garantía de los Derechos Sexuales y Reproductivos en el país.

Reivindicar los derechos sexuales y reproductivos, entendiéndose como el conjunto de libertades y derechos para adoptar decisiones, hacer elecciones responsables relativas con el propio cuerpo y la propia salud, no ha sido una lucha fácil. Actualmente la situación de derechos de mujeres enfrenta desafíos particulares relacionados a la falta de acceso a la información y educación en esta materia, a las barreras en los servicios y a las leyes restrictivas para el ejercicio de los mismos.

Como telón de fondo están los fundamentalismos religiosos y su influencia sobre las voluntades de tomadores de decisión que impactan negativamente sobre las políticas que involucran la protección sobre el cuerpo, la salud de las mujeres y, aún más difícil, el derecho a decidir.

El Estado hondureño no ha logrado reflexionar sobre el impacto que tiene en la vida de las mujeres y las niñas negarse a acatar recomendaciones, medidas o reformas sugeridas desde las diversas instancias y mecanismos que tienen el objetivo de subsanar las deficiencias en materias de protección e indican la manera en la que el Estado puede avanzar hacia la plena realización de los derechos humanos.

Además del mecanismo que establece la CIDH, desde 2015 a la fecha el Estado de Honduras ha sido examinado por otros mecanismos u órganos de tratados suscritos, en este caso, el país ha sido señalado por siete de los diez órganos especializados en violaciones a los derechos humanos: niñez, derechos económicos, sociales y culturales, comité contra la tortura, comité para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, para la protección de los derechos de trabajadores migratorios y sus familiares, de personas con discapacidad, y el comité en derechos humanos.

El desinterés del Estado hondureño se ha visto reflejado en la incapacidad para responder proactivamente resaltándose que el informe en materia de derechos económicos, sociales y culturales fue presentado con ocho años de retraso.

Dentro de la cultura conservadora hondureña no se ha logrado visibilizar la importancia de la sociedad civil para señalar las violaciones hacia los derechos humanos, llegándose a criminalizar esta labor con consecuencias sobre la vida y la dignidad de las personas.

El golpe de Estado marcó un hito sobre la avanzada de políticas y perspectivas anti derechos de parte de los tomadores de decisión, generando en los últimos años una narrativa para confundir la opinión pública con estigmas sobre los derechos de las mujeres y la defensoría de los mismos (17 eventos contra defensoras de los derechos sexuales y reproductivos en 2017), presentándolos como agendas occidentales o iniciativas extranjeras sin ninguna vinculación con Honduras.

Ejemplos como la incoherencia que existe en las políticas de prevención del embarazo adolescente con propuestas ineficaces como el retraso de las relaciones sexuales desde la Oficina de la Primera dama han limitado la posibilidad que pudieron contar miles de mujeres y adolescentes para prevenir un embarazo no deseado o no planificado, registrando en 2017 más de 28 mil partos en niñas entre 10 y 18 años, sumando 194 mil partos desde el golpe de Estado.

Las guías de educación sexual “cuidado mi salud y mi vida” elaboradas en 2008 por la Secretaria de Educación se mantuvieron silenciadas por más de 10 años y en la actualidad no alcanza a más de 17 comunidades a nivel nacional.

La anticoncepción de emergencia continua prohibida en el país desde el 2009, y el abordaje de la prevención de embarazos forzados y no deseados sigue siendo una deuda pendiente a pesar de los esfuerzos de la sociedad civil para contar al menos con un protocolo propuesta de atención a victimas de violencia sexual.

Igualmente ocurre sobre la interrupción del embarazo obligando a las mujeres a enfrentar con dolor, miedo y silencio, una realidad que el Estado ha negado históricamente, uniéndose a los únicos seis países en todo el mundo que lo criminalizan.

No reconocer el derecho a decidir o desconocer las causas sobre esta necesidad han orillando a que ocurran entre 50 mil y 80 mil abortos clandestinos cada año. Frente a un panorama desalentador, la falta de vinculación que existe del Estado sobre las necesidades que presenta la sociedad civil agudizan las consecuencias que enfrentan las mujeres, en un contexto de impunidad con altos niveles de violencia sexual sumando mas de 21 mil casos desde el 2010 a finales del 2017.

La democracia real solo existe si incluye las recomendaciones emitidas por los tratados y comisiones de las que Honduras es parte, además es urgente que el mismo Estado sea capaz de recopilar la diversa constelación de espacios de desenvolvimiento de los derechos humanos para las mujeres. Debe reconocer el impacto que constituye desconocer el esfuerzo de la sociedad civil organizada, las activistas y los testimonios de las victimas y sobrevivientes que enfrentan diariamente la dura realidad del sistema que no ofrece alternativas para reducir el sufrimiento que enfrentan las mujeres en Honduras.

Autor: SOMOS MUCHAS

Somos muchas es una plataforma por la libertad y vida de las mujeres en Honduras. Está integrada por mujeres y feministas independientes, ecuménicas por el Derecho a Decidir, Centro de Derechos de Mujeres (CDM), Centro de Estudios de la Mujer Honduras (CEM-H), Centro de Promoción de la Salud y Asistencia Familiar (CEPROSAF), Colectiva de Mujeres Hondureñas (CODEMUH), Colectivo D´Botas, Colectivo Feminista Libertario, Comité Latinoamericano y del Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer Honduras (CLADEM), Foro de Mujeres por la Vida, GoJoven Honduras, JASS Asociadas por lo Justo,  Movimiento de Mujeres por la Paz Visitación Padilla, Organización Intibucana de Mujeres Las Hormigas, Plataforma Ampliada de Mujeres Sindicalistas, Red Lésbica Cattrachas, Red Contra la Violencia de Choluteca, Red contra la Violencia del Distrito Central, Red de Mujeres Jóvenes Feministas de Honduras, Red de Trabajadoras Sexuales de Honduras, Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras y Unidad de Desarrollo Integral de la Mujer y la Familia (UDIMUF).

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