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viernes, marzo 29, 2024

Opinión de Carlos Alvarenga: «¿Por qué matan abogados?»

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Carlos Alvarenga, abogado.
Carlos Alvarenga, abogado.

No lo sabemos, no tenemos ni una mínima idea, todas son puras especulaciones, suposiciones, emotividades, pero en verdad, no hay un estudio, una investigación, un análisis sobre este fenómeno.

Mi observación de esta triste y sangrante realidad en los últimos 15 años, en los cuales han matado más de 120 abogados (ya perdimos la cuenta), es que la inmensa mayoría son varones, mayores de 40 años, penalistas o notarios, casados y con hijos, carreras exitosas y con varios casos delicados.

¡Ojo! Por favor, lo anterior solo es una apreciación personal, subjetiva, imperfecta, ante la ausencia de estudios o investigaciones que deberían haber sido realizados por las autoridades competentes: CAH, ATIC, DPI, MP, y por qué no también la academia. Esto también es una pandemia, pequeña, pero pandemia igual que lleva luto a muchas familias y necesita ser estudiado, prevenido y combatido.

Desde hace años – otorgando entrevistas en los medios -, estoy pidiendo a las diferentes directivas del CAH que, en coordinación con la ATIC o la DPI, conformen una unidad especial para investigar estos homicidios contra abogados, pero nada. El grito estentóreo es lanzado al silencio de un vacío necio, sordo, hueco.

La intención principal para escribir hoy, en primer lugar, es para rendir un bien merecido homenaje al abogado Melvin Bonilla. Es poco decir que fue un buen abogado, porque fue buen amigo, siempre solícito, de sonrisa agradable, ayudándonos a resolver nuestras dudas gracia a su vasta experiencia, con un comentario siempre elegante, sin dobleces.

El segundo objetivo es preguntarnos, ¿por qué matan abogados? Se me ocurren dejar plantadas algunas que se me vienen a la mente espontáneamente: pleito de vecinos, pleitos de mujeres, una deuda con un usurero, deudas con el crimen organizado, una esposa despechada, y si ya hablamos del ejercicio de la profesión, promesas exageradas que eran imposibles de cumplir, haber cobrado y no haber hecho el trabajo, haber presentado prueba falsa, incluso, haber prometido más de lo que era capaz de cumplir; porque el cliente quedó insatisfecho, o la contraparte quedó dolida, incluso puede ser que lo mate la organización criminal rival de la que defiende.

Insisto, todo esto son puras especulaciones, yo no tengo datos, bien harían las autoridades en perfilar las víctimas, para con ello tomar decisiones, hacer recomendaciones, tomar precauciones.

A un abogado lo pueden matar por muchas razones, muchas de ellas ni siquiera relacionadas con su profesión, pero no tenemos un Colegio de Abogados que inste a una investigación de verdad. Solo un comunicado en las redes, una entrevista compungida, nada más, solo eso, pero para mientras seguimos sin saber por qué matan abogados.

Si hay un cliente insatisfecho, o si el abogado le tomó su dinero y no le hizo nada del trabajo encomendado, si le dejó tirado el caso, si le sacó dinero como si fuera cajero automático y al final perdió por su incompetencia, sería más humillante denunciarlo en el Tribunal de Honor del CAH, o en un juzgado de civil reclamando los daños y perjuicios por el incumplimiento de un contrato de prestación de servicios profesionales, o en el Ministerio Público, si es el caso que cayó en alguna de las modalidades de fraude, y que lo suspendan en el ejercicio de la profesión, y exhibirlo ante los medios, pero desde el momento que toman la decisión de matar un abogado, se convierten miserables y cobardes delincuentes.


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