San Pedro Sula, Honduras. Los establecimientos de ocio nocturno de San Pedro Sula están «en la mira» de las autoridades municipales, pues la noche de este viernes iniciarán los operativos para controlar la contaminación sónica que producen.
El propio alcalde, Roberto Contreras, anunció la nueva medida en una conferencia de prensa. Según dijo, estos operativos se ejecutarán en bares, discotecas y restaurantes ubicados en zonas residenciales de la ciudad.
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«No es con el objetivo de afectar los emprendimientos, sino con el propósito de orientarlos respecto al nivel de sonido en que deben operar», dijo Contreras.
Los policías municipales encargados de los operativos verificarán, a partir de la noche de este viernes, los niveles de ruido en cada uno de estos establecimientos nocturnos utilizando un aparato llamado sonómetro.
¿Qué es un sonómetro?
Este instrumento sirve para medir los niveles de presión sonora. Es decir, mide el nivel de ruido de un determinado lugar y en un momento dado. La unidad con la que trabaja es el decibelio.
Multas
La Municipalidad de San Pedro Sula compartió, además, un cuadro que detalla la estructuración de las multas que se aplicarán a los infractores. Estas van desde los 2,000 a los 8,000 lempiras.
Pero además de las multas, a los negocios infractores se les limitará poder desarrollar sus actividades hasta que se solucione su problema y, en el caso más extremo, se procederá a decomisarles el equipo que estén utilizando.
Denuncias por contaminación sónica
Las autoridades municipales dieron a conocer que a través del Departamento de Resolución Alternativa de Conflictos/Justicia Municipal diariamente reciben denuncias que tienen que ver con esta problemática.
Por esta razón, a partir de este viernes empezarán a evacuar cerca de 21 denuncias que tienen «acumuladas».
¿Por qué se dan estos operativos?
Las autoridades municipales tomaron la determinación de realizar estos operativos a raíz de la reciente polémica que se dio por el cierre de un conocido restaurante ubicado en el sector Río de Piedras.
Los vecinos de esta zona residencial denunciaron al establecimiento por el ruido que generaba en una zona que es más bien residencial y no comercial. En tal sentido se procedió a su cierre.