AFP.- Once militares de Ecuador murieron y uno más resultó herido en una emboscada con «explosivos, granadas y fusiles» de una disidencia colombiana de las FARC en la selva amazónica ecuatoriana, informaron autoridades.
El inusual ataque ocurre en medio de un aumento de la violencia en ambos países debido al creciente tráfico de cocaína que se produce en Colombia y se exporta por los puertos ecuatorianos hacia Estados Unidos y Europa.
Unos 80 militares realizaban operaciones contra la minería ilegal en distintos puntos de la selva cuando «un equipo de combate fue emboscado por un Grupo Ilegal Armado denominado Comandos de la Frontera (…) con explosivos, granadas y fusiles», indicó el Ejército en un boletín.
«Como resultado se conoce que existen once militares fallecidos y un herido; además de un fallecido perteneciente» a esa disidencia, añadió.
La Fiscalía, que previamente reportó ocho militares fallecidos, elevó luego el saldo de muertos a 11.
Los disidentes que rechazaron el histórico acuerdo de paz de 2016 con el grueso de las FARC se dedican al narcotráfico y otros delitos en la región limítrofe entre Colombia y Ecuador.
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Operativos
La Fiscalía señaló por la red social X que adelanta «las primeras diligencias de levantamiento de cadáveres y fijación de indicios» en el lugar del ataque, en la zona del Alto Punino, en la provincia amazónica de Orellana (este, limítrofe con Perú).
El Ejército ecuatoriano realiza permanentes operativos contra la minería ilegal y el narcotráfico, lucrativos negocios de las organizaciones que se multiplican en Ecuador.
La minería ilegal genera hasta 1.000 millones de dólares anuales en el país, según Insight Crime .
Vinculadas con carteles de México y Colombia, las bandas se enfrentan entre sí por el control de las rutas. «No descansaremos hasta que los responsables se rindan ante la ley y rindan cuentas de este crimen», dijo el Ejército.
Paz frustrada
La violencia se recrudece en Ecuador, donde en la que va de año se registró un asesinato cada hora. A pesar de la política de mano dura contra el crimen del presidente Daniel Noboa, el país tiene la tasa de homicidios más alta de Latinoamérica.
Y del lado de Colombia, el conflicto armado tampoco cede a pesar de las iniciativas de paz del presidente izquierdista Gustavo Petro.