La Semana Santa recién pasó, pero los pueblitos mágicos llenos de color en el país tienen sus puertas abiertas para recibir a los turistas y uno que sin duda es obligatorio recorrer es Ojojona, al sur de Francisco Morazán.
Este rinconcito se caracteriza por ser uno de los que conserva intacta su historia y arquitectura colonial. Además, destacan sus tres iglesias que recuerdan la época de las clases sociales en medio de la conquista.
La enorme ventaja es que Ojojona está a tan sólo una hora desde Tegucigalpa, por lo que los capitalinos y de lugares cercanos, pueden realizar una visita durante el domingo.
De la misma manera, puede degustar de un buen plato de comida típica en los restaurantes locales, tomarse un merecido café y disfrutar plenamente de una tarde.
Asimismo, no puede dejar de hacer el recorrido por las calles. Conozca un poco más de la historia y cultura que encierra este pintoresco municipio al sur del departamento.
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Ciudad de la artesanía
Uno de los principales atractivos y una actividad que destaca a Ojojona es la elaboración de artesanía de barro. Esta es una labor que se ha hecho de manera histórica y viene de generaciones.
La economía local depende en su mayoría de la comercialización de estos productos, sumamente atractivos por sus formas, colores y porque son hechos a mano. Personas de todo el país acuden al municipio para comprar adornitos para sus casas.
Sin duda Ojojona es un destino perfecto para hacer turismo interno cerca de la capital, potenciar la economía local, tomar inolvidables fotos y disfrutar de la belleza que ofrece un país cinco estrellas.
