Redacción. El periodista internacional David Alandete, quien observó las recientes elecciones primarias e internas en Honduras, ha expuesto en un detallado análisis las múltiples irregularidades que presenció.
Mediante su informe, el periodista destaca la gravedad de las fallas en el proceso electoral y cuestiona a quienes intentan minimizar lo ocurrido.
Además, el observador internacional subrayó que las elecciones primarias estuvieron plagadas de irregularidades que afectaron directamente el derecho al voto de los ciudadanos. Entre los problemas más críticos que identificó están:
- Centros de votación sin material electoral, urnas que nunca llegaron y colegios que permanecieron cerrados.
- Incumplimiento de las Fuerzas Armadas, que tenían el deber de garantizar la entrega de urnas a primera hora, pero en ningún colegio visitado llegaron a tiempo.
- Fallas en el sistema biométrico, con dispositivos que no funcionaban o con encargados de mesa que no sabían utilizarlos debido a la falta de capacitación.
- Votación paralizada: a las 7:30 p.m., aún había centros de votación en Tegucigalpa, sin urnas ni papeletas.
- Material electoral en lugares inesperados, con denuncias de urnas tiradas en cunetas y autobuses sin custodia oficial.
- Votantes frustrados, incluyendo adultos mayores, que esperaron todo el día sin poder votar, algunos rompiendo en llanto por la desesperación.
“No se puede minimizar lo ocurrido”
Para Alandete es preocupante que desde algunos sectores se intente restarle importancia a estas fallas.
“El gobierno intenta deslindarse, pero la responsabilidad del proceso electoral es del Estado en su conjunto, incluyendo la presidenta y comandante en jefe, además de las instituciones electorales y el Ejército”, advirtió en una entrevista para Hoy Mismo.
El periodista también señaló que, aunque el Consejo Nacional Electoral (CNE) sí atendía llamadas para reportar problemas, su respuesta era pasiva, pidiendo únicamente que se documentaran las irregularidades sin dar soluciones inmediatas.
¿Hay salida?
Alandete enfatiza que el problema es profundo y estructural, pero puede resolverse si se toman medidas serias y el Estado asume su responsabilidad. “Si todos los actores políticos y las instituciones trabajan en una solución real, estos problemas pueden mejorar”, concluyó.
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Sus observaciones dejan claro que el proceso electoral en Honduras enfrenta serias deficiencias, y la gran pregunta es si las autoridades realmente tomarán acción o continuarán restándole importancia a los hechos.
