“Aunque la Navidad tiene un significado puramente religioso, más allá de credos, personas de todo el mundo celebran estas fechas junto a familiares y amigos. Son frecuentes y numerosas las reuniones aderezadas con abundante comida y bebida y la agenda personal está más repleta que en cualquier otra época del año con este tipo de eventos. Ese es el motivo de que en Navidades sea más habitual sufrir un empacho.
Sobran oportunidades y ocasiones para caer en una desmesura gastronómica, especialmente, si la noche es larga, la compañía grata, la alegría contagiosa y abunda la buena comida y bebida”, cuenta Carlos Suárez, especialista en Aparato digestivo del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED).
Ese es el motivo de que en Navidades sea más habitual sufrir un empacho. “En general, las personas utilizan la palabra empacho para referirse a la indisposición causada por comer en exceso y padecer, en consecuencia, una digestión difícil.
Los síntomas más habituales son: sensación de estar ‘muy lleno’ y plenitud postprandial, malestar general, sudoración, regurgitación, decaimiento, somnolencia y flojera extrema, eructos (que pueden ser inusualmente prolongados), náuseas, vómitos, dolor abdominal y flatulencias”, explica Suárez.
Cualquiera de las manifestaciones anteriormente mencionadas, cuando se producen de forma reiterada y/o prolongada -especialmente, si no derivan de una ingesta excesiva-, pueden representar la expresión de un trastorno digestivo que comienza a dar la cara.
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Factores que influyen en el empacho
¿Qué alimentos o platos suelen empachar más? El especialista en Aparato digestivo señala que en el empacho el problema no es el menú, sino que el inconveniente es la cantidad, la ingesta desmesurada.
“Sin duda, beber alcohol en exceso es el complemento habitual de una comida desmedida. Su efecto gratamente desinhibidor y la espontánea desenvoltura que conlleva, rompen los controles que regulan la mesura reflexiva y estimula los excesos”, añade el experto del CMED.
¿Cómo se trata la indigestión?
Para el tratamiento de una indigestión, lo principal es comprender que las molestias son pasajeras. “Con seguridad, los vómitos suelen anunciar la desaparición del malestar”, afirma Suárez.
El especialista en digestivo comenta que “es razonable hacer una suave caminata y tomar una infusión, especialmente alguna a base de menta”.
Está de más decir que ante cualquier molestia de gravedad desproporcionada, digestiva o no, se debe acudir al médico. Las crisis biliares (cólico biliar y colecistitis), pancreatitis aguda, gota, ictus, problemas coronarios son bastante irreverentes con estas fechas.
Helado, sorbete, licor… ¿es un mito que son ‘digestivos’?
“Realmente, no está documentando el efecto beneficioso de alimentos como el helado, el sorbete o el licor. Sin embargo, existen muchos mitos sobre los beneficios de los mismos. Si tienen algún efecto, es el denominado efecto placebo”, responde Suárez.
Por último, el experto da la siguiente recomendación para prevenir el empacho estas Navidades: “Utilizar el sentido común. Comer y beber con moderación y respetar las señales del organismo cuando nos dice que debemos dejar de ingerir alimentos”.
Fuente: Cuidate Plus de España.
