Salud. La obesidad es una patología cada vez más frecuente en muchos países desarrollados y que tiene serias consecuencias para la salud, incluyendo un aumento importante en la mortalidad por enfermedades cardiovasculares o por cáncer.
Aunque el tratamiento se basa por lo general en gran medida en las intervenciones sobre factores de riesgo modificables como la dieta o el estilo de vida, los investigadores siguen explorando otras opciones como son las estrategias farmacológicas.
Terapia dirigida al hígado
Así, un nuevo estudio publicado en la revista académica PNAS Nexus ha descrito un método que emplea un ‘vehículo’ basado en nanogel para administrar un medicamento directamente en el hígado del paciente, logrando de manera efectiva revertir la enfermedad y otras condiciones como el colesterol elevado. Estos resultados, por ahora, se han logrado sobre modelos animales (ratones).
El fármaco, expone el trabajo, pertenece a una familia de medicamentos conocidos como tiromiméticos, que no son otra cosa que sustancias que imitan a la hormona tiroidea sintética y que se venían considerando una forma potencial de atajar problemas como la obesidad, la diabetes de tipo II, el colesterol elevado, la esteatohepatitis asociada a la disfunción y otros desórdenes de tipo metabólico.
No obstante, para garantizar la seguridad de este enfoque es fundamental lograr elaborar terapias dirigidas. Eso significa que la medicina se administre exclusivamente en aquella parte del organismo que debe recibir los efectos del tratamiento.
Para lograr tal cosa, estos autores elaboraron un ‘vehículo’ a base de nanogeles que se dirige de manera selectiva al hígado. Y comprobaron la eficacia de la combinación en ratones a los que se les había inducido obesidad y niveles excesivamente elevados de colesterol proporcionándoles una dieta elevada en grasa, azúcar y colesterol.
Revertir la obesidad
Mediante este método, investigadores lograron revertir la obesidad de los ratones. Esto incluso bajo la continuación de la misma dieta que les indujo la obesidad en primer lugar. De la misma forma, los modelos animales experimentaron un descenso en sus niveles de colesterol y en los marcadores de la inflamación en el hígado.
Aunque se trata de resultados muy prometedores, hay que señalar que la terapia aún está lejos de alcanzar la realidad clínica. Además, tendrá que pasar por varias fases experimentales más, incluyendo ensayos clínicos que testen su seguridad y su eficacia en seres humanos.