REDACCIÓN. Un momento cargado de fe, esperanza y transformación espiritual se vivió recientemente en el Centro Penal de Gracias, en el departamento de Lempira, al occidente de Honduras, donde nueve privados de libertad decidieron entregar sus vidas a Cristo mediante el sacramento del bautismo. La ceremonia, que tuvo lugar dentro de las instalaciones del recinto penitenciario, fue dirigida por el misionero Víctor Almendarez y su equipo de trabajo, quienes han venido desarrollando una labor evangelizadora en diferentes cárceles del país.
El acto de fe se llevó a cabo de forma voluntaria por parte de los internos, quienes, tras recibir acompañamiento espiritual, orientación bíblica y un proceso de discipulado, tomaron la decisión de iniciar una nueva vida basada en los principios del Evangelio. El bautismo se realizó en una pila habilitada dentro del centro, en una atmósfera de recogimiento y profundo significado para los presentes.
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Durante la ceremonia, se oró individualmente por cada uno de los nuevos creyentes. Se les entregó un diploma conmemorativo que simboliza su decisión de seguir a Cristo. Este gesto marcó no solo un hito en la vida espiritual de los privados de libertad, sino también una muestra del poder transformador de la fe dentro de contextos tan difíciles como lo son los centros penitenciarios.
El misionero Víctor Almendarez compartió en sus redes sociales la importancia de este momento, expresando que “para obedecer la Gran Comisión no hay excusas. Aquí estamos bautizando en una pila con agua dentro de la prisión a 9 privados de libertad. Juntos somos mejores”. Almendarez también manifestó que su misión continuará en otros centros penales del país, buscando impactar vidas con el mensaje del Evangelio.
Este tipo de iniciativas no solo brindan consuelo espiritual a los internos, sino que también contribuyen a los procesos de rehabilitación y reintegración.