Redacción. La Comisión Interventora del Instituto Nacional Penitenciario ejecutó un nuevo operativo de alto impacto en el Centro Penitenciario Nacional de Támara, Francisco Morazán, donde se decomisaron pistolas, fusiles, municiones de distintos calibres, cargadores listos para ser usados y otros elementos vinculados al crimen organizado.
El general Ramiro Fernando Muñoz, presidente de la comisión, detalló que el pasado jueves se ordenó el traslado de todos los privados de libertad sentenciados que ocupaban un módulo específico, lo que permitió dejar el área completamente despejada para iniciar una exhaustiva búsqueda.
“Desarmamos lo que tenían ahí. Miren cuántas pistolas, cuánta munición de fusil, cuántos cargadores con munición lista. Esto es lo que estamos desintegrando: la criminalidad organizada”, expresó.
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Además de las armas, se hallaron evidencias de actividades ilícitas como ventas de droga, licor, prostitución y negocios clandestinos operando dentro del recinto. “Aquí se acabaron las pulperías, restaurantes, bodegas y toda forma de delito que se había enquistado dentro del sistema penitenciario”, aseguró Muñoz.
Investigación en curso
El Ministerio Público estuvo presente en cada uno de los hallazgos y, según el general, ya hay más de 30 personas procesadas por estos hechos. “No hemos tocado un solo hallazgo sin que el Ministerio Público esté con nosotros”, recalcó.
La intervención también busca identificar y separar a miembros de estructuras criminales como la MS-13 y Pandilla 18, que presuntamente se ocultaban mezclados entre la población penitenciaria general.
Muñoz enfatizó que la resistencia al orden y a la legalidad es uno de los principales obstáculos, pero reiteró que el proceso de limpieza no se detendrá: “El problema es que lo incorrecto no mueve a nadie, pero intente usted poner orden y verá lo que pasa”.
Con estos operativos, las autoridades aseguran que están golpeando de manera directa a las redes criminales que han operado durante años desde el interior de las cárceles del país.