Redacción. Venezuela enfrenta un nuevo riesgo para su industria petrolera: la falta de espacio para almacenar crudo. La presión aumentó tras la incautación de un petrolero la semana pasada y ante la posibilidad de que Estados Unidos bloquee otros buques vinculados al país, según informó Infoabe.
Fuentes cercanas a la situación aseguran que los principales centros de almacenamiento y los tanqueros anclados en los puertos venezolanos se llenan a gran velocidad. El sistema podría alcanzar su límite en unos diez días. De confirmarse ese escenario, Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) tendría que detener parte de su producción.
La estatal produce actualmente cerca de un millón de barriles diarios. Sin espacio para guardar el crudo, la empresa no tendría otra opción que cerrar pozos de forma temporal.
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Chevron produce casi 200 mil barriles diarios
Chevron, una de las pocas compañías extranjeras que aún opera en Venezuela, afirmó que cumple con los “marcos de sanciones previstos por el Gobierno de Estados Unidos. Cualquier pregunta sobre la situación de seguridad en Venezuela debe dirigirse a las autoridades correspondientes del Gobierno estadounidense”.
Según el contrato vigente, PDVSA recibe la mitad de los cerca de 200,000 barriles diarios que produce la empresa estadounidense en el país.
La petrolera opera bajo una licencia especial otorgada por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Ese permiso le permite trabajar con restricciones dentro del régimen de sanciones. Chevron aseguró además que las exportaciones de PDVSA continúan “con normalidad”, con seguro, respaldo técnico y garantías operativas.
Expertos del sector advierten que el problema podría agravarse pronto. Las nuevas limitaciones al transporte de crudo venezolano y a la importación del diluyente necesario para procesar el petróleo extrapesado aceleran el colapso del almacenamiento. Schreiner Parker, socio y jefe de mercados emergentes de Rystad Energy, alertó que “el almacenamiento podría llenarse muy rápidamente”.
Añadió que, una vez alcanzado el límite, “definitivamente podríamos ver que los volúmenes de producción caen muy, muy rápido”.
Durante el primer mandato de Donald Trump, la política de “máxima presión” redujo la producción venezolana a menos de 500,000 barriles diarios. PDVSA logró una recuperación parcial gracias al intercambio de crudo por diluyentes iraníes. Esta vez, esa alternativa luce inviable. “Eso realmente no es una opción esta vez con Estados Unidos patrullando el Caribe”, explicó Parker.
Petroleros detenidos
Al menos tres superpetroleros ya cargaron crudo venezolano, pero siguen anclados en aguas del país. En conjunto, transportan unos seis millones de barriles. La información surge de fuentes del sector, imágenes satelitales y reportes navieros citados por Bloomberg.
Venezuela depende en gran medida de una flota irregular conocida como “buques fantasma”. Estas embarcaciones apagan o manipulan sus transpondedores para evitar ser detectadas. Los tres tanqueros retenidos transportan crudo pesado valorado en unos 300 millones de dólares.
Entre ellos figuran los buques Crag y Galaxy 3, que operan con nombres falsos. Ambos cargaron la semana pasada. El superpetrolero Kelly también completó su carga tras apagar su sistema de rastreo. Un cuarto buque, identificado como Romana, continúa cargando cerca de 1,9 millones de barriles de crudo Merey 16.
Chevron logró mantener sus envíos pese a un reciente ciberataque contra PDVSA. La empresa indicó que el incidente afectó tareas administrativas en los puertos, pero no la producción ni el despacho de petróleo.
Venezuela aporta menos del 1% del suministro mundial de crudo. Por ahora, el impacto global es limitado. Sin embargo, las restricciones vuelven a poner en jaque a una industria clave para el país.
