Estados Unidos. “Las llamadas llegan demasiado tarde”, afirma el agente Daniel Covarrubias, del equipo de Búsqueda, Trauma y Rescate (BORSTAR) de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP).
Bajo el sol abrasador del desierto de Arizona, Covarrubias explica que no es raro encontrar a migrantes en condiciones críticas cuando finalmente piden ayuda. Muchos llegan al borde de sus fuerzas, con cuerpos exhaustos por la travesía, reporta La Prensa Gráfica.
“Desafortunadamente los encontramos muy graves, al límite de la muerte. Siempre les toma mucho tiempo llamar por ayuda, y es ahí cuando nos toca ver lo más duro”, relata mientras recorre zonas donde se activan rescates frecuentes. Algunos coyotes abandonan a los migrantes y luego llaman para solicitar auxilio. “Nosotros llegamos en aproximadamente dos horas, y para ese tiempo, en ocasiones, ya han fallecido”, agrega Covarrubias.
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Condiciones extremas en la frontera
El cruce del desierto impone riesgos constantes. Durante el día, el calor es intenso; por la noche, el frío arrecia. En áreas como Ajo, cerca de la frontera con México, el terreno es árido y sin sombra, dificultando el avance de quienes cruzan a pie. La falta de agua potable y las largas distancias recorren el agotamiento. Además, las promesas de los coyotes suelen minimizar la dificultad del trayecto, lo que lleva a los migrantes a no cargar agua suficiente.
Algunos comienzan la travesía con varios días de caminata. A menudo, los guías los abandonan, obligándolos a detenerse para evitar patrullajes. Durante el verano, la deshidratación se convierte en una de las principales causas de muerte, aunque este año, asegura Covarrubias, los rescates fueron menos frecuentes. “En veranos pasados hacíamos de dos a cinco rescates al día; este año estamos atendiendo aproximadamente uno a la semana”.
Estadísticas y registros
Aunque CBP no mantiene un registro público actualizado de muertes en los últimos años, un informe de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO), con datos de la propia CBP, indica que durante el año fiscal 2023 se registraron 704 fallecimientos a lo largo de la frontera.
Estadísticas internas del sector Tucson señalan que en los años fiscales 2023 y 2024 se recuperaron 55 cuerpos y se atendieron 559 llamadas de rescate de emergencia, además de 1,681 llamadas al 911 de migrantes, informa La Prensa Gráfica.
El desierto añade peligros adicionales: serpientes de cascabel, alacranes y, en algunas zonas, osos y gatos monteses. El frío y la nieve pueden aparecer de forma repentina, debilitando rápidamente a quienes llevan días expuestos sin ropa adecuada.
Rescate y torres de emergencia
En el Sector Tucson, la Patrulla Fronteriza ha desplegado 34 torres de rescate en puntos estratégicos. Muchas cuentan con un botón rojo que envía la ubicación al centro de operaciones; nueve poseen teléfono satelital. Todas están iluminadas con luz azul, un color que no existe en el entorno natural del desierto, lo que facilita su identificación a distancia.
Aun así, en numerosos casos los migrantes fallecen a pocos metros de estas torres. “En repetidas ocasiones muchas de las personas que fallecen lo hacen adelantito de la torre de rescate”, advierte Ortiz, vocero de la Patrulla Fronteriza en Tucson.
Registro y clasificación de muertes
La USBP registra las muertes bajo criterios específicos: deben ocurrir en zonas de intento de cruce ilegal y existir la presunción de que la persona fallecida era migrante. Ortiz aclara que muchos restos recuperados corresponden a muertes ocurridas años atrás, lo que afecta la interpretación de los datos recientes sobre mortalidad.
El conteo de restos humanos varía según la autoridad. Mientras el médico forense puede registrar cada conjunto de huesos como un caso independiente, la Patrulla Fronteriza considera un solo evento cuando los restos se encuentran cerca y se presume que corresponden a un migrante en intento de cruce ilegal. La identificación se realiza mediante ADN de familiares, recolectado a través de consulados, exclusivamente con fines de identificación humana.
Según USBP, tanto las muertes como los rescates han disminuido en comparación con años anteriores. Esta reducción se atribuye al mensaje sostenido del Gobierno de Donald Trump: la frontera se encuentra cerrada. Las llamadas al 911 de grupos numerosos solo se contabilizan como rescates si alguna persona requiere atención médica.
