Estados Unidos. La familia de Ulises Valladares, un hondureño de 47 años que perdió la vida durante un operativo fallido del Buró Federal de Investigaciones (FBI) en Houston, Texas, recibió una compensación económica cercana a los dos millones de dólares, luego de que un tribunal federal determinara la responsabilidad del Gobierno de Estados Unidos en el caso. El pago se derivó de una demanda civil interpuesta por los familiares del fallecido, quienes buscaron justicia tras años de lucha legal.
El incidente ocurrió en enero de 2018, cuando agentes del FBI ejecutaban una operación de rescate por secuestro. Durante el operativo, el agente Gavin Lappe disparó contra Valladares, quien se encontraba atado de manos y con los ojos vendados. Posteriormente se estableció que el hondureño era la víctima del secuestro y no uno de los criminales, como el agente creyó en ese momento.

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Agente actuó con negligencia
El juez federal Kenneth Hoyt concluyó que el agente actuó con negligencia grave al disparar sin verificar adecuadamente la identidad de la persona y sin emitir una advertencia previa. En su fallo, el magistrado señaló que no existía una amenaza directa que justificara el uso de fuerza letal. Se determinó que la muerte de Valladares fue consecuencia de una actuación imprudente durante el operativo.
Aunque el agente Lappe cuenta con inmunidad calificada, lo que impidió que enfrentara responsabilidad penal directa, la demanda civil contra el Gobierno Federal siguió su curso. El tribunal determinó que el Estado debía responder por los daños causados, lo que derivó en el otorgamiento de una indemnización cercana a los dos millones de dólares a la familia de la víctima.
Para los familiares de Valladares, la compensación representa un reconocimiento oficial de la responsabilidad del Estado, aunque no logra reparar la pérdida humana. El caso también generó críticas por la falta de comunicación del FBI con la familia tras el incidente. Asimismo, por las inconsistencias señaladas en investigaciones previas del exjefe policial de Houston, Art Acevedo, quien cuestionó la versión inicial del agente involucrado.



