Redacción. La Fuerza de Tarea Conjunta de Estados Unidos atacó tres embarcaciones en el Pacífico oriental, cerca de Colombia, dejando un saldo de ocho muertos entre los tripulantes, según informó el Comando Sur en su cuenta oficial de X, citado por France 24.
El operativo, denominado «Lanza del Sur», se llevó a cabo el lunes 15 de diciembre por orden del secretario de Defensa, Pete Hegseth. En un comunicado, la institución afirmó que los ataques fueron “cinéticos letales” contra embarcaciones operadas por organizaciones terroristas designadas en aguas internacionales.
“La inteligencia confirmó que las embarcaciones transitaban por rutas conocidas de narcotráfico y estaban involucradas en actividades ilícitas. Ocho narcoterroristas de sexo masculino murieron: tres en la primera embarcación, dos en la segunda y tres en la tercera”, detalló el reporte.
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Los ataques se producen en un contexto de fuertes declaraciones del presidente Donald Trump, quien ha prometido operativos terrestres en Venezuela para desmantelar redes de narcotráfico. La semana pasada, Trump también aseguró que el presidente colombiano, Gustavo Petro, era “el siguiente”.
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¿Qué busca la operación?
Estados Unidos asegura que la operación busca interrumpir el flujo de narcóticos y neutralizar amenazas terroristas que utilizan rutas marítimas para sus actividades ilegales.
Desde septiembre, la presencia militar estadounidense en el océano Pacífico y el mar Caribe ha crecido de manera sostenida. Hasta la fecha, el despliegue ha destruido más de 26 embarcaciones y dejado unas 90 personas fallecidas, según France 24. Expertos en derecho internacional califican estas acciones como ejecuciones extrajudiciales.
Legisladores estadounidenses han cuestionado a Hegseth por la estrategia de ataques sucesivos, en particular un segundo ataque dirigido a dos personas que sobrevivieron a un primer bombardeo.
El refuerzo militar incluye la presencia del portaaviones USS Gerald R. Ford y su grupo de ataque, la incautación de un petrolero venezolano y operaciones logísticas desde aeropuertos en Trinidad y Tobago, que facilitan reabastecimiento y rotación de personal.
Trinidad y Tobago, ubicada a solo 12 kilómetros de Venezuela en su punto más cercano, ha respaldado la presencia estadounidense. En respuesta, Nicolás Maduro amenazó con cortar el suministro de gas hacia ese país caribeño.
El Gobierno de EE.UU. no reconoce la legitimidad de Maduro y lo acusa de liderar el Cártel de los Soles, un grupo vinculado al narcotráfico. Por su parte, Maduro calificó los ataques como “acciones ilegales y agresiones directas” destinadas a justificar la intervención extranjera y apropiarse de los recursos energéticos de Venezuela, especialmente petróleo y gas.
