Redacción. Dos militares estadounidenses y un civil murieron, y tres personas más resultaron heridas en una emboscada perpetrada por ISIS el sábado en el centro de Siria, informó el Comando Central de Estados Unidos, citado por Telemundo Houston.
El presidente Donald Trump reaccionó de inmediato y prometió “una represalia muy seria”. En redes sociales, afirmó: “Este fue un ataque de ISIS contra Estados Unidos y Siria, en una zona muy peligrosa de Siria, que no está completamente controlada por ellos”.
Trump explicó que el mandatario sirio Ahmed al-Sharaa estaba “extremadamente enojado y perturbado por este ataque” y destacó que Siria combate junto a las tropas estadounidenses.
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El Comando Central precisó que el ataque involucró a un solo integrante de ISIS y que el agresor fue abatido. Los tres heridos, todos miembros de las fuerzas militares, “parecen estar bastante bien”, según Trump.
El portavoz del Pentágono, Sean Parnell, confirmó que el civil fallecido era un intérprete estadounidense. Parnell agregó que el ataque estaba dirigido a soldados que participan en operaciones antiterroristas en la región y que actualmente está bajo investigación.
El incidente ocurrió cerca de la histórica Palmira. Las víctimas fueron trasladadas en helicóptero a la guarnición de Al-Tanf, próxima a la frontera con Irak y Jordania.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos indicó que el agresor pertenecía a las fuerzas de seguridad sirias. Sin embargo, el Ministerio del Interior de Siria aclaró que se investiga si el atacante era miembro de ISIS o solo compartía su ideología extrema.
Reacción del secretario de Defensa de EEUU
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, advirtió en X: “Que se sepa, si atacas a estadounidenses, en cualquier parte del mundo, pasarás el resto de tu breve y ansiosa vida sabiendo que Estados Unidos te cazará, te encontrará y te matará sin piedad”.
Estados Unidos mantiene cientos de tropas en el este de Siria como parte de la coalición internacional que lucha contra ISIS. El grupo, aunque derrotado en 2019, aún cuenta con células durmientes que perpetran ataques mortales, según la ONU, con entre 5,000 y 7,000 combatientes activos en Siria e Irak.
La emboscada marca el primer ataque que causa bajas estadounidenses desde la caída del presidente Bashar Assad hace un año. Desde entonces, Siria ha estrechado lazos con Estados Unidos. Al-Sharaa, actual líder interino y antiguo jefe rebelde, visitó Washington D.C. el mes pasado, siendo la primera visita de un mandatario sirio desde 1946.
La presencia militar estadounidense en Al-Tanf y otras zonas busca entrenar fuerzas locales y combatir células de ISIS, aunque ataques mortales han ocurrido previamente, como el de 2019 en Manbij, que dejó cuatro estadounidenses muertos.
