Redacción. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó una nueva advertencia a la comunidad internacional: cualquier nación que continúe haciendo negocios con Rusia enfrentará “sanciones severas”, una medida que, según dijo, también podría extenderse a Irán.
La declaración se produjo en el Aeropuerto Internacional de Palm Beach, donde el mandatario expresó su respaldo a una iniciativa legislativa impulsada por senadores republicanos para aumentar la presión contra el gobierno de Vladímir Putin.
Trump confirmó que está “de acuerdo” con el proyecto que debatirá el Congreso y que propone elevar los costos para Moscú mediante aranceles a los países que importen energéticos rusos y sanciones secundarias a empresas extranjeras involucradas en la producción energética en Rusia.
La propuesta es promovida por los senadores Lindsey Graham, republicano de Carolina del Sur, y Richard Blumenthal, demócrata de Connecticut, en un esfuerzo bipartidista poco frecuente.
“Están pasando legislación… muy dura… sancionando a cualquier país que esté haciendo negocios con Rusia. Podrían añadir Irán a eso. Como saben, yo lo sugerí”, dijo Trump al referirse al alcance que podría tener la iniciativa.
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Antecedentes
La Casa Blanca continúa ampliando sus medidas punitivas contra Moscú. En agosto, el Departamento del Tesoro sancionó a las petroleras Rosneft y Lukoil, argumentando que Rusia mantiene una “falta de compromiso serio” con un proceso de paz para poner fin a la guerra en Ucrania.
Washington ha sancionado ya a más de 6.000 personas y entidades desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022. Un esfuerzo que se ha endurecido al ritmo de las escaladas militares.
Trump, quien recientemente manifestó aspirar a un Premio Nobel de la Paz, reconoció sentirse frustrado con Putin, tras su reunión del 15 de agosto. Ahí discutieron un posible cese al fuego en Ucrania.
Europa
En paralelo a la advertencia de Trump, Europa fortaleció su apoyo militar a Kiev. El presidente francés Emmanuel Macron recibió en París al mandatario ucraniano Volodímir Zelensky para cerrar lo que ambos calificaron como un acuerdo “histórico” de cooperación en materia de defensa.
La visita concluyó con la firma de una carta de intenciones que concretará un pedido ucraniano orientado a reforzar la aviación de combate, la defensa aérea y otras capacidades estratégicas, con énfasis en la producción y perfeccionamiento de drones. Francia subrayó que la meta es impulsar la modernización del ejército ucraniano hacia estándares de la OTAN.
Entre las garantías de seguridad discutidas figuran incluso posibles despliegues de tropas de algunos países de la coalición de voluntarios. Aunque cualquier avance en ese sentido depende de un eventual alto el fuego.
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