Estados Unidos. Al cruzar Loudoun, en Virginia, el visitante percibe un zumbido constante: el sonido de 199 centros de datos que operan sin descanso en este discreto condado del norte de Estados Unidos. Pese a su bajo perfil mediático, Loudoun es reconocido por ser el condado más rico del país. En los últimos años, ha ocupado un lugar central en la infraestructura global de internet y la inteligencia artificial.
El pasado octubre, Loudoun se convirtió en noticia mundial cuando una interrupción masiva en los servicios de la nube de Amazon. Esta afectó desde operaciones bancarias hasta plataformas de entretenimiento como Snapchat, dejando al descubierto la importancia estratégica de este condado. Con más centros de datos que cualquier otra región del mundo, incluso superando a China, Loudoun se ha ganado el apodo de “el callejón de los centros de datos”.
Actualmente, estas instalaciones ocupan unos 45 millones de metros cuadrados, equivalentes al 3 % de la superficie total del condado. Además, representan el 40 % de su presupuesto. Pese a ser un motor económico que genera miles de millones de dólares, la presencia masiva de estos centros ha generado preocupación entre los residentes. Emily Kasabian, habitante de la zona, relata cómo descubrió la construcción de un centro de datos frente a su hogar mientras paseaba con su hijo recién nacido. Entre las quejas más frecuentes destacan el ruido constante y el aumento de las facturas de electricidad. En los últimos cinco años los recibos se dispararon hasta un 267 % en las áreas cercanas a los centros de datos, según un informe de Bloomberg News.
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Sin embargo, la industria cuenta con fuertes defensores, incluso a nivel político. Las autoridades locales y corporaciones como Amazon y Google encontraron en Loudoun un terreno ideal. Asegura tiene amplios espacios planos, costos de suelo relativamente bajos y acceso a un talento especializado que se consolidó desde los días de AOL y el auge de internet en la región.
Expertos en ciberseguridad como Thomas Hyslip señalan que este entorno facilitó la rápida expansión de los centros de datos. Mientras, las regulaciones para su operación se mantuvieron limitadas, consolidando a Loudoun como un epicentro global de conectividad y procesamiento de información. Para el condado, el zumbido constante no solo es un sonido ambiental: es el latido del corazón digital del mundo.
