Estados Unidos. El exvicepresidente estadounidense Dick Cheney, considerado una de las figuras más influyentes y polémicas del poder en Washington, murió a los 84 años, informó su familia en un comunicado citado por CNN en Español.
Cheney, quien fue el principal impulsor de la llamada “guerra contra el terrorismo” tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, sirvió como vicepresidente durante los dos mandatos del republicano George W. Bush, entre 2001 y 2009. Su papel en la invasión de Iraq, basada en información luego desacreditada, marcó para siempre su legado político.
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Problemas de salud y vida familiar
Cheney padeció complicaciones cardíacas desde joven. Sobrevivió a varios infartos y en 2012 recibió un trasplante de corazón que, según dijo en 2014, fue “el regalo de la vida misma”.
Su familia destacó que murió acompañado por su esposa Lynne, con quien compartió 61 años de matrimonio, y sus hijas Liz y Mary. En el comunicado, recordaron su servicio público y lo describieron como “un hombre de valor, honor, amor y bondad, apasionado por la pesca con mosca”.
Según CNN en Español, Cheney falleció por complicaciones derivadas de una neumonía y una enfermedad cardiovascular.
El 11 de septiembre: el día que cambió su vida
El 11 de septiembre de 2001, mientras el presidente Bush estaba fuera de Washington, Cheney coordinó la respuesta desde la Casa Blanca. En una entrevista con John King de CNN en 2002 recordó: “En ese momento, supe que se trataba de un acto deliberado. Era un acto terrorista”.
Aquel día definió su rumbo. Cheney adoptó una postura implacable frente a las amenazas y defendió políticas de seguridad que expandieron el poder del Ejecutivo, entre ellas los “interrogatorios intensificados” y la detención de sospechosos en Guantánamo.
El arquitecto de la invasión de Iraq
Tras los ataques del 11-S, Cheney promovió una política de ofensiva global. Apoyó la invasión de Afganistán y luego presionó para extender la guerra a Iraq.
Presionó al gobierno de Estados Unidos para invadir Iraq con el argumento de que Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva y mantenía vínculos con Al Qaeda, afirmaciones que los informes del Congreso y las agencias de inteligencia luego desmintieron.
Pese a las críticas, Cheney defendió su postura. En 2015 declaró a CNN: “Era lo correcto entonces. Lo creía entonces y lo creo ahora”.

Un conservador sin arrepentimientos
Cheney se mantuvo fiel a sus convicciones hasta el final. Rechazó los informes que calificaban de tortura las prácticas de interrogatorio en prisiones secretas y aseguró que las decisiones tomadas tras el 11 de septiembre fueron necesarias para proteger a Estados Unidos.
“Lo volvería a hacer sin pensarlo dos veces”, dijo en 2014 al ser consultado sobre el informe del Comité de Inteligencia del Senado.
Sus inicios y carrera política
Nacido en Lincoln, Nebraska, en 1941, Richard Bruce Cheney creció en Wyoming, donde conoció a su esposa Lynne. Su juventud fue turbulenta: abandonó Yale, trabajó en líneas eléctricas y fue arrestado dos veces por conducir ebrio. Pero cambió de rumbo, volvió a la universidad y se graduó en ciencias políticas.
En los años setenta, inició su carrera política en Washington como asesor de Richard Nixon y Gerald Ford, llegando a ser jefe de gabinete de la Casa Blanca.
En 1978 fue elegido congresista por Wyoming, y más tarde se convirtió en secretario de Defensa bajo la presidencia de George H. W. Bush, donde dirigió con éxito la Operación Tormenta del Desierto en 1991.
Tras dejar el Gobierno, Cheney se unió al sector privado como director ejecutivo de Halliburton, hasta que George W. Bush lo eligió como su compañero de fórmula en el año 2000.
Legado y controversia
A lo largo de su carrera, Cheney fue visto tanto como un servidor público brillante como un símbolo de los excesos del poder. Su influencia marcó profundamente la política exterior de Estados Unidos y redefinió el papel de la vicepresidencia moderna.
Según CNN en Español, su familia lo despidió con un mensaje de gratitud: “Le estamos profundamente agradecidos por todo lo que Dick Cheney hizo por nuestro país. Y nos sentimos inmensamente afortunados de haberlo amado y haber sido amados por él”.



