Estados Unidos. La familia Orellana Rivas vive una angustia interminable desde el 22 de mayo de 2022, fecha en la que perdieron todo contacto con María Orellana Rivas, una madre hondureña que decidió emprender el peligroso viaje hacia Estados Unidos con la esperanza de ofrecer un mejor futuro a sus hijos.
María dejó su hogar y a sus seres queridos en Honduras, movida por la promesa de una vida más digna, y con la ilusión de reunirse con su pareja, Mario Martínez, quien ya residía en territorio estadounidense.
De acuerdo con reportes de medios locales, tras varios meses de viaje y dificultades, María se comunicó por última vez con su familia el 22 de mayo. A través de una llamada telefónica con su hijo, le informó que estaba a punto de cruzar el Río Bravo, el último obstáculo en su ruta hacia los Estados Unidos. Sus palabras quedaron grabadas en la memoria de su familia: “Hoy cruzo, nos hablamos después”. Sin embargo, después de colgar el teléfono, nunca más volvieron a saber de ella.
Su hermana Isabel, entre lágrimas, relató que desde ese momento la familia ha vivido en la incertidumbre y el dolor. “Cuando salió de Honduras me dijo que la iba a recibir la persona que en ese momento era su pareja, pero nunca volvió a comunicarse con nadie de nosotros”, expresó.
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Desde entonces, los hijos y familiares de María han emprendido una búsqueda incansable, contactando a autoridades, consulados y organizaciones humanitarias con la esperanza de obtener alguna pista sobre su paradero. No saben si logró cruzar el río o si, lamentablemente, perdió la vida en el intento, como muchas otras personas migrantes que han desaparecido en la frontera.
Las autoridades exhortan a cualquier persona que tenga información sobre el paradero de María Orellana Rivas a comunicarse con las autoridades migratorias locales o con la Embajada de Honduras en Estados Unidos.
El caso de María refleja el drama humano que enfrentan miles de migrantes hondureños que arriesgan todo por alcanzar el llamado “sueño americano”.
