Estados Unidos. El presidente Donald Trump encendió las alertas internacionales al anunciar que ordenó “iniciar de inmediato” pruebas nucleares estadounidenses, según reportó Univisión Noticias.
La declaración rompe más de 30 años de moratoria no oficial sobre ensayos nucleares en Estados Unidos.
Trump publicó el mensaje en su red social Truth Social, minutos antes de su reunión con el presidente chino Xi Jinping en Corea del Sur. En su publicación escribió:
«Estados Unidos posee más armas nucleares que cualquier otro país. Esto se logró, incluyendo una completa modernización y renovación del arsenal existente, durante mi primer mandato. Debido a su tremendo poder destructivo, ¡me resultó muy difícil hacerlo, pero no tenía otra opción! Rusia ocupa el segundo lugar, y China un distante tercer puesto, pero la situación se igualará en cinco años. Debido a los programas de pruebas de otros países, he instruido al Departamento de Guerra para que inicie las pruebas de nuestras armas nucleares en igualdad de condiciones. Este proceso comenzará de inmediato».
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El anuncio llega tras la reciente prueba rusa de un dron submarino nuclear, el “Poseidón”, que según Moscú “no puede ser interceptado”. Además, China sigue ampliando su red de silos de misiles intercontinentales, y Corea del Norte presentó un nuevo proyectil capaz de alcanzar territorio estadounidense.
Con esta decisión, Trump rompe con la política vigente desde 1992. Ese año, Estados Unidos realizó su última detonación nuclear en Nevada. Desde entonces, todos los presidentes, republicanos y demócratas, mantuvieron una moratoria de facto respaldada por el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBT), firmado en 1996.

Riesgos de reanudar las pruebas
Expertos en no proliferación advierten que retomar los ensayos reales podría generar reacciones imprevisibles y desatar una nueva carrera armamentista. “Reiniciar el programa estadounidense de pruebas nucleares podría ser una de las decisiones más trascendentes del Gobierno de Trump: podría desencadenar una carrera armamentista incontrolada y desestabilizar la seguridad global”, señalaron analistas en el Bulletin of the Atomic Scientists.
El arsenal estadounidense está administrado por el Departamento de Energía y la Administración Nacional de Seguridad Nuclear, no por el Pentágono, como sugirió la orden de Trump. Además, reactivar los sitios de ensayo en Nevada tomaría años. Un informe de Los Alamos National Laboratory de 2018 estima que una sola detonación podría requerir entre dos y cuatro años de planificación.
Balance del arsenal global
Trump afirmó que Estados Unidos “tiene más armas nucleares que cualquier otro país”. Sin embargo, datos del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) muestran que Rusia cuenta con unas 5,489 ojivas, frente a 5,177 de Estados Unidos y unas 600 de China. Las nueve potencias nucleares poseen más de 12,200 cabezas atómicas en total.
“Rusia es segunda y China está lejos, pero alcanzará en cinco años”, agregó Trump, asegurando que ordenó “una renovación completa de las armas existentes”. La mayoría de los expertos, sin embargo, considera que Estados Unidos no necesita detonaciones reales para garantizar la operatividad de su arsenal. Simulaciones avanzadas y experimentos subcríticos permiten evaluar las armas sin realizar pruebas nucleares.
Reacciones internacionales
Pekín reaccionó con cautela. El portavoz del Ministerio de Exteriores, Guo Jiakun, pidió a Washington “cumplir con las obligaciones del tratado y tomar medidas concretas para salvaguardar el desarme nuclear mundial”.
En Moscú, Vladimir Putin resaltó la “inevitabilidad” de mantener los programas estratégicos rusos. Sobre el dron submarino Poseidón dijo que “no hay manera de interceptarlo” y que puede “alcanzar cualquier continente”. El Kremlin precisó que sus pruebas recientes de los sistemas Burevestnik y Poseidón “no constituyen una prueba nuclear directa” y advirtió que si Estados Unidos abandona la moratoria, “Rusia actuará en consecuencia”.
¿El regreso de la era atómica?
Entre 1945 y 1992, Estados Unidos realizó 1,054 pruebas nucleares, la mayoría en Nevada y el Pacífico. Estas detonaciones dejaron secuelas ambientales y políticas. La pausa en las pruebas fue considerada un logro clave de la posguerra fría.
La orden de Trump desafía un consenso internacional y podría abrir un nuevo ciclo de tensiones y amenazas. Expertos señalan que cualquier futura prueba estadounidense probablemente tendría fines políticos más que científicos. “Daría a Rusia, China y otras potencias vía libre para reanudar sus propios programas nucleares, prácticamente sin consecuencias políticas ni económicas”, advirtieron especialistas del Bulletin of the Atomic Scientists.
Cualquier ensayo futuro requeriría acondicionar nuevamente los sitios de prueba en Nevada, un proceso complejo tras más de 30 años de inactividad.



