Redacción. La ciudad de Oakland está sumida en una crisis ambiental y de salubridad sin precedentes debido al auge del vertido ilegal de basura, un problema que se ha intensificado desde 2020.
En el último año, las autoridades han recolectado más de ocho millones de kilogramos de residuos abandonados en sus calles, una cifra que, según The New York Times, equivale a unos 16.6 kilogramos por habitante.
La basura, que incluye colchones, electrodomésticos y escombros, obstruye aceras cerca de escuelas y comercios, especialmente en el oeste y sur de la ciudad. Josh Rowan, director interino de Obras Públicas, describió su frustración al inspeccionar los puntos críticos, calificando la situación como una «humillación pública».
La acumulación de desechos no solo impacta visualmente, sino que aumenta el riesgo de plagas de roedores y provoca inundaciones al taponar desagües.
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A pesar de los esfuerzos de limpieza, los vertederos clandestinos persisten, creando la percepción de que la ciudad ofrece un servicio de recolección gratuito, incluso para residuos comerciales o de zonas aledañas.
Medidas
La administración municipal ha respondido reactivando un equipo de investigación y colocando cámaras de vigilancia en zonas críticas para identificar a los responsables. Sin embargo, el costo de rastrear a los infractores y las dificultades para judicializarlos están agotando los recursos de un municipio ya deficitario.
El descontento ciudadano es palpable. La alcaldesa Barbara Lee ha sido interpelada repetidamente sobre el tema, y en redes sociales circulan videos que muestran a residentes sorteando montañas de basura.
Soluciones
Entre las soluciones propuestas está la renegociación del contrato de residuos, debido a que la tarifa mensual de $110 dólares es casi el doble que en ciudades vecinas. Un programa piloto que proporcionó contenedores más grandes logró reducir el vertido en algunas zonas, y se estudia obligar a los comercios a unirse al sistema municipal.
Mientras el gobierno busca soluciones de fondo, iniciativas como Urban Compassion Project de Vincent Ray Williams III organizan limpiezas voluntarias. No obstante, el ingeniero Andy Wang, reconocido por su labor de limpieza, anunció su retiro parcial tras constatar que el 70% de los puntos limpios se volvían a contaminar en solo dos semanas.
Las autoridades planean lanzar nuevas campañas de concientización, e incluso barajan la idea de invitar al rapero MC Hammer a unirse a la causa.
